Capítulo IX

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"Despierta"

Presente

Cierro la laptop lentamente cuando finalmente me repongo, quedando a oscuras en el estudio. Me levanto, intentando ser tan silenciosa como una sombra y abro la puerta del estudio con el mismo cuidado.

Cuando entro a la habitación, me estremezco al sentir la ventisca helada sobre mis brazos pero suelto un ligero suspiro al observar que Lucien duerme plácidamente. Trago saliva al sentir el repentino deseo de darle un puñetazo en el rostro pero ignoro el sentimiento, regresando a la cama con cuidado.

Al estar acostada, me doy la vuelta para darle la espalda a Lucien y cierro los ojos con fuerza tratando de dormir. Si le pregunto a Lucien, lo único que hará es volver a mentirme así que tendré que descubrir lo que pueda cuando él se vaya al trabajo mañana y debo ser cuidadosa para que no me descubra.

No entiendo la razón de sus mentiras. Quiero creer que me oculta la verdad, porque ésta puede ser peligrosa ¿Pero para quién? ¿Peligrosa para mi...o para él?

***

Reprimo la arcada instantánea que invade mi cuerpo al percatarme del pañuelo dentro de mi boca. Abro los ojos, pero todo está oscuro, así que intento escuchar algo más que mi respiración agitada y los latidos de mi corazón en la habitación, pero estoy sola.

Suelto un quejido al intentar moverme un poco en la cama en la que estoy pero la soga raspa tanto mis tobillos como mis muñecas, así que me mantengo quieta tratando de descubrir como levantarme de la cama.

Cierro los ojos intentando recordar algo ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué? Recuerdo estar esperando un taxi, el agudo dolor en la nuca y luego nada, solo oscuridad. ¿Cuánto tiempo he estado aquí?

Tenso mi cuerpo al escuchar pasos fuertes proveniendo del techo. Reacciono rápido cuando los pasos comienzan a escucharse cerca de la puerta, impulsando mi cuerpo hacia arriba con mis piernas hasta que estoy sentada en la cama. Suelto un leve quejido al sentir el ardor en mis muñecas, cuando intento traer mis brazos hacia delante. Me arrastro con mi trasero hasta que mis pies tocan el suelo pero es demasiado tarde para intentar algo, la puerta se abre.

Mi corazón comienza a latir con fuerza y vuelvo a sentir las náuseas, queriendo gritar. El hombre frente a mí es alto y musculoso, no hay manera que lo pase, incluso si no tuviera las sogas, el podría volver a noquearme sin problemas.

Cuando él comienza a avanzar hacia mí, niego con la cabeza queriendo regresar a la esquina de la cama. Me arrastro hacia atrás y él suelta una risa. Los pelos en mis brazos se erizan y me tranquilizo un poco cuando se detiene a unos centímetros de la cama. Deja una barra de granola y un bote de jugo en la mesa junto a la cama. Nuevamente comienza a caminar hacia mi, pero no puedo volver a retroceder, mi espalda ya está pegada en la pared. Cuando sus manos alcanzan mi rostro y saca el pañuelo de mi boca, comienzo a gritar.

-¡Ayuda!-grito y de repente siento el agudo dolor en mi mejilla. Lleva una mano a mi boca presionandome con fuerza y lentamente lleva un dedo a sus labios.

-Nadie te escuchará, linda-me estremezco nuevamente.

-¿Por qué no te quitas la máscara?-él sonríe ante mi comentario.

Reminiscencia©Where stories live. Discover now