Capítulo V

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"Acosadora"


El pasado (después del accidente)

Abro los ojos y levanto un poco mi cabeza tratando de ser lo más silenciosa posible, incluso hasta aguanto mi respiración mientras veo la luz solar entrar a través de la puerta de vidrio que divide la habitación de un pequeño balcón.

Volteo mi cabeza lentamente y suelto un ligero suspiro al ver que Lucien tiene sus ojos cerrados, confirmando que duerme por su respiración tranquila y el movimiento de su pecho yendo al mismo ritmo. Muevo mis ojos alrededor de toda la habitación tratando de encontrar mi ropa interior y mi vestido de anoche.

Me quito la sábana y me levanto de la cama caminando en puntillas hacia mi ropa interior y vestido. Me visto en silencio y salgo de la habitación sin molestarme en ponerme las zapatillas. Bajo las escaleras y me siento tranquilamente en el sofá de la sala.

Intento relajarme, cerrando los ojos y moviendo mis hombros para liberar la tensión en ellos. Muerdo mi labio inferior al sentir la necesidad de llorar y niego con la cabeza.

-No-me regaño en voz alta y me levanto, caminando de un lado a otro. Después de tener sexo con Lucien, ambos nos recostamos y fingi estar dormida para no tener que hablar con él. Aún cuando intenté quedarme dormida, no pude descansar en toda la noche. Los eventos de ayer en la cita me dejaron pensamientos intranquilos en la mente ¿Por qué no deseo a mi esposo? ¿Realmente un golpe en la cabeza puede borrar mis sentimientos hacia él?

Llevo una mano a mis labios, bajandola lentamente hacia mi garganta. Incluso recordar lo de anoche me deja desconcertada y confusa. Un escalofrío recorre mi columna vertebral y me estremezco al recordar el pánico que sentí. Me sentía tan vulnerable e indefensa. Sentí que moriría ¿Aquella voz en mi mente, que le rogaba a Lucien que se detuviera, era la mía propia? Recuerdo no poder hablar ni poder soltar las palabras, pero era como estar en otro lugar, era cómo si esas palabras regresaran a mi mente, como si alguna vez las hubiers dicho.

Pero ¿Cómo es eso posible? Mi esposo me ama, estoy segura que si hubiera dicho algo, él se hubiera detenido. Yo comencé esto, él nunca tuvo la intención de acostarse conmigo, yo lo provoque y tampoco lo detuve ¿Qué está sucediendo en mi mente?

-¿Dahlia?-cierro los ojos murmurando una maldición y me doy la vuelta para observar a Lucien, quien no viste nada más que sus apretados bóxers negros ¿Por que no siento nada por él? ¿Qué está mal conmigo? Lucien me sonríe divertido y se acerca lentamente a mi. Lleva sus manos a mis hombros y acaricia suavemente mi cuello con su pulgar-¿Qué sucede?-sus cejas se alzan con preocupación y sonrío para tranquilizarlo.

-No quería despertarte-murmuro y sus manos ahuecan mi rostro.

-Eres maravillosa-susurra y se inclina para darme un ligero beso en los labios-¿Tienes hambre?-niego con la cabeza en silencio, sintiéndome fatal por no corresponder a sus sentimientos-¿Que quieres hacer? A las diez debo ir al consultorio pero aún es temprano, tenemos tiempo para lo que sea-mientras habla, sus manos juegan con el tirante de mi vestido y sus ojos recorren mi cuerpo lentamente, expresando los deseos de su mente. Me separo un poco de él riendo, y me dirijo a la cocina.

-No lo sé, tal vez... ¿Me enseñas a cocinar?-muerdo nerviosamente mi labio inferior y el sonríe asintiendo.

-Claro, pero tu harás todo el trabajo, yo solo te diré que hacer-se adelanta y antes de entrar a la cocina, me aprieta ligeramente una nalga. Suelto un chillido golpeando su hombro, causando que suelte una carcajada y me guiñe un ojo, pero luego ignora mis protestas y comienza a sacar ingredientes para hacer un típico desayuno.

Reminiscencia©Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ