Capítulo 4.

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Aquella tarde, a las tres y media, __ guió a Harry, Ron y los otros Gryffindors, bajaron corriendo los escalones delanteros, hacia el parque, para asistir a la primera clase de vuelo de ese año. Era un día claro y ventoso. La hierba se agitaba bajo sus pies mientras marchaban por el terreno inclinado en dirección a un prado que estaba al otro lado del bosque prohibido, cuyos árboles se agitaban tenebrosamente en la distancia.

Los Slytherins ya estaban allí, y también las veinte escobas, cuidadosamente alineadas en el suelo.

___ siempre comenzaba (con Fred y George Weasley) a quejarse de las escobas del colegio, diciendo que algunas comenzaban a vibrar si uno volaba muy alto, o que siempre volaban ligeramente torcidas hacia la izquierda.

Entonces llegó la profesora, la señora Hooch. Era baja, de pelo canoso y ojos amarillos como los de un halcón. La mujer saludo calurosamente a la joven Snape.

- Es un alivio que volvieras.

- haré todo lo que este a mi alcancé.

- Bueno ¿qué están esperando?-bramó-.Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido.

-Extiendan la mano derecha sobre la escoba.- les indicó ___ Snape-y digan «arriba».

-¡ARRIBA!-gritaron todos.

La escoba de Harry saltó de inmediato en sus manos, pero fue uno de los pocos que lo consiguió. La de Hermione Granger no hizo más que rodar por el suelo y la de Neville no se movió en lo absoluto.

Luego, la señora Hooch les enseñó cómo montarse en la escoba, sin deslizarse hasta la punta, y recorrió la fila, corrigiéndoles la forma de sujetarla. __, Harry y Ron se alegraron muchísimo cuando la profesora dijo a Malfoy que lo había estado haciendo mal durante todos esos años.

- Ahora, cuando haga sonar mi silbato, dará una fuerte patada -dijo la señora Hooch-.Mantengan las escobas firmes, elevense un metro o dos y luego bajen inclinándose suavemente. Preparados...tres...dos...

Pero Neville, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato.

-¡Vuelve, muchacho!-gritó, pero Neville subía en línea recta, como el corcho de una botella... Cuatrometros... seismetros... __ le vio la cara pálida y asustada,
mirando hacia el terreno que se alejaba, lo vio jadear; deslizarse hacia un lado de la escoba y BUM... Un ruido horrible y Neville quedó tirado en la hierba. Su escoba seguía subiendo, cada vez más alto, hasta que comenzó a torcer hacia el bosque prohibido y desapareció de la vista.

La señora Hooch se inclinó sobre Neville, con el rostro tan blanco como el del chico.

-La muñeca fracturada. Vamos, muchacho. Está bien. A levantarse.

- ¿Quiere que lo lleve a enfermería?

- Quedate con los demás, ___.- se volvió hacia el resto de la clase.-No deben moverse mientras llevo a este chico a la enfermería. Dejen las escobas donde están o estarán fuera de Hogwarts más rápido de lo que tarden en decir quidditch. Vamos, hijo. Y hagan caso a __ en todo.

Neville, con la cara surcada de lágrimas y agarrándose la muñeca, cojeaba al lado de la señora Hooch, que lo sostenía. Casi antes de que pudieran marcharse, Malfoy ya se estaba riendo a carcajadas.

-¿Han visto la cara de ese gran zoquete?

Los otros Slytherins le hicieron coro.

- ¡Cierra la boca, Malfoy!-dijo Parvati Patil en tono cortante.

-Oh,¿estás enamorada de Longbottom?-dijo Pansy Parkinson, una chica de Slytherin de rostro duro.- Nunca pensé que te podían gustar los gorditos llorones, Parvati.

Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora