Capítulo 24.

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—Hey, Perce! Mira lo que encontré.

—¿Qué es eso?

—Un traslador, volveríamos a tu casa con esto.

—¿Y si nos quedamos aquí para siempre?

La joven se rio del comentario pero Percy mantuvo su expresión seria.

—Fue una hermosa semana pero lamentablemente debemos volver, seguro tu madre nos estará esperando con una gran cena hoy.

Percy asintió y sonrió, se acercó a su novia tomandola de la cintura.

—¿Qué haría yo sin ti?— dijo juntando sus narices.

—Estarías en la Madriguera... Regañando a Fred y George seguramente.

—Si, eso sin duda.

La chica soltó una carcajada a la que Percy se unió luego, ella lo beso entre risas y luego tomaron el objeto mágico que los llevo a la casa de Percy, ambos cayeron al piso y comenzaron a reírse nuevamente, los Weasley salieron a ver y se saludaron entre todos, tal como __ supuso, Molly había preparado una cena que cubría la larga mesa de los Weasley.

—¿Que tal Venecia?—dijo Ginny—. ¿Fue romántico?

Percy agacho la cabeza ruborizado, no le gustaba hablar de su vida privada, mucho menos de la amorosa, __ sonrió y conto su semana omitiendo los detalles personales. Fred le dio un leve codazo a Percy, el cual lo miro confundido, Fred giño un ojo con doble intención y Percy rodó los ojos en respuesta.

—Me alegra que lo hayan disfrutado chicos, gracias querida por hacer feliz a mi hijo.— dijo Molly.

—Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que Perce me ha apoyado.

Ambos sonrieron, todos en la casa podían notar lo diferentes que la pareja estando juntos, como volvían a ser felices. Percy siempre fue un chico retraído, guardando sus sentimientos para si mismo, __ sólo tenía un ejemplo a seguir y fue su padre, Percy le enseñó a __ la felicidad, y ella le enseñó a amar. El joven y la chica se fueron a dormir luego ya que deberían volver a Hogwarts por la mañana.

—Hey, cariño despierta.

—Sólo 5 minutos más.

—Levantate.

La chica se sentó en la cama tallandose los ojos por la molestia de la luz, Percy sonrió al ver su cabello desordenado y su rostro somnoliento.

—No quiero.

—Claro que quieres.

—Bien.

Ella se levantó y preparo rápidamente sus cosas para volver de las vacaciones de Navidad, ambos salieron de la Madriguera sin tanta carga puesto que habían dejado la gran parte en sus habitaciones de Hogwarts, no pasaron cosas interesantes en el viaje, sin embargo al llegar al colegio recibió una notificación.

—Bienvenida señorita Snape, ¿Que tal sus vacaciones?

—Profesor Dumbledore, estuvieron bien, gracias.

—Su padre me ha dicho que si la veía le pidiera que fuera a su salón.

—De acuerdo, gracias profesor.

—Señor Weasley, podría acompañarme?

—Claro, profesor Dumbledore.

La joven caminó hacía la sala donde tenía pociones, abrió la puerta y vio a su padre sentado.

—Estoy bastante seguro de haberte enseñado a tocar las puertas.

—Estoy bastante segura que no me interesa.

—¿Puedes ser menos borde?

—Curioso que lo digas tú.

—Solo quiero hablar con mi hija sobre su viaje a Italia que ni siquiera me notificó.

—Me la pasé bien— Severus levanto la mirada con cierto reproché—. No malgaste galeones.

—No te iba a sermonear, ¿Fuiste con el joven Weasley?— ella asintió—. ¿Te cuido bien?

—Si papá, lo hizo.

—Comienza a agradarme.

—Tardaste un poco, no crees?

—Tal vez.

—¿Sólo querías hablar?

—Hace mucho no lo hacíamos, mira __, realmente quiero remediar las cosas que hice y dije, eres mi hija y...

—Eres muy persistente, no?— Snape sonrió levemente—. Te perdonaré, si prometes que cambiarás.

—Podemos hacer un juramento inquebrantable.

—No es necesario, si no lo cumples será solo otra decepción y no morirás en el proceso.

—Entonces, lo prometo.

Severus se levantó de su silla para acercarse a su hija, extendió sus brazos y como un impulso __ se abalanzó a ellos, era posiblemente el abrazo más reconfortante que ambos habían sentido nunca.

—Esto habría sido mejor hace 7 años.

—Lo sé... No esperes que tengo un buen trato con tu novio.

—Sabía que no podía ser perfecto.

__ se separó del abrazo con una sonrisa casi imperceptible.

—Eres lo único que me importa en la vida, hija. Por favor ten la decencia de decirme que saldrás del país.

—¿Alguna vez saliste con mamá?

—Oh, por supuesto. Fuimos a París, directamente a la ciudad del amor, claro que yo no sabía que tu madre odiaba París, decía que era muy cliché.

__ soltó una corta risa y tomo uno de los libros de pociones de su padre.

—Dumbledore me hablo sobre ella. ¿La amabas?

—Claro que la amé.

—¿Aún después de su cambio?

—Jamás dejé de amarla, y nunca dejé de amarte a ti.

—¿Tienes miedo de que me pase lo mismo a mi, no?

—Pero tu no eres como ella, y aunque pasará, tienes la suerte de que el señor Weasley no te dejara sola.

—Espero que sea así... Bueno, debo irme.

—Ah si, tienes clases.

—Bueno, nos vemos luego.

Severus sonrió y asintió, __ salió del salón sin apuro.

—La puerta!— dijo Severus irritado.

—Cierrala.— respondió __ con burla antes de desaparecer por el pasillo.

Prefecto Perfecto.- Percy Weasley y Tú.Where stories live. Discover now