19) Recuerdo vergonzoso

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Por primera vez en mucho tiempo me sentía extremadamente feliz. Ni siquiera el hecho que era un lunes por la mañana, ni del hecho que ahora mismo estaba siendo visitada por Andrés — el periodo —, podrían ser capaces de perturbar y alejar todo el bueno humor que emanaba mi cuerpo desde que desperté.

Incluso me había levantado temprano sin necesidad de escuchar la molesta alarma de mi celular o de un molesto hermano que entrará a mi habitación para levantarme.

¿Y cómo no estar de tan buen humor?

Este fin de semana la había pasado de lo mejor junto con Sebas, me divertí como nunca y me sentía de alguna forma cerca de él. El recuerdo de aquella noche del sábado no se irían de mi mente tan fácilmente, además de que el rollo de cinco fotos de nosotros dos junto que nos tomamos en la cabina de fotos de la feria y el peluche de unicornio que él me regaló, se hallaban sobre mi mesita de noche junto a mi cama, haciendo más difícil la idea de olvidar el mejor día de mi vida.

Una vez ya duchada y vestida para la escuela, bajo con una gran sonrisa hacia la primera planta de la casa.

— Buenos días mamá — hable una vez la encontré en el comedor terminado de servir el desayuno. Sin esperar respuesta, me acerco y le planto un sonoro beso en su mejilla izquierda, pudiendo ver lo desorientada que se encontraba por mi acción — ¿Cómo estás?, ¿Dormiste bien?

La vi parpadear varias veces confundida antes de dejar lo que estaba haciendo a un lado para posar toda su atención a mi.

— ok, ¿Qué hiciste ahora? — preguntó acostumbrada a que siempre que la trataba de esa forma era por qué había hecho algo malo y no hallaba como decírselo.

Su mirada de cansancio combinado con una mirada que expresaba: 'siempre es igual', en otras circunstancias me hubieran ofendido...pero en este caso solo lo ignore.

— pues nada mamá — rodeo la mesa del comedor para centrarme en uno de los taburetes — ¿Acaso tu hija querida y hermosa no puede estar feliz sin ninguna razón?

Escuchar aquello pareció sorprenderle aún más.

— si lo puede estar, pero yo conozco a mi hija querida y hermosa — enfatizó aquellas últimas palabras — lo suficiente como para saber que ella siempre está de mal humor y más si se trata de un lunes por la mañana.

— las personas cambia, mami — me limité a decirle mientras tomaba una tostada de uno de los platos que están sobre el comedor, y le doy un gran mordisco.

— aja — me miraba con una cara que dejaba en claro que no me creía nada de lo que le decía, pero no le dio mucha más importante y siguió sirviendo el desayuno.

Estaba muerta de hambre por lo que en el instante que mamá colocó un plato con el desayuno frente a mi, lo empecé a decorar como animalito al cual no alimentaban desde hace una semana. Mamá al ver tal acto solo se dedicó a poner los ojos en blancos antes de servirse un poco de café en una gran taza color blanca, para así empezar a leer el periodo que se hallaba junto a ella.

— maldito dolor de cabeza — Gruño Marcos una vez entró al comedor sin siquiera percatarse aún de la presencia de ambas.

Él a diferencia de mi ni siquiera estaba listo para ir su universidad, aún estaba en pantalones de lana, con el torso desnudo y con el cabello hecho un desastre.

— El vocabulario — le dijo mamá en forma de regaño mientras le daba un sorbo a su café sin quitarle la vista del periódico.

Valla, al parecer el día de hoy hicimos cambio de papeles Marcos y yo. Habitualmente yo soy la que se levanta apenas a esta hora, maldiciendo por lo alto cualquier cosa — creo que tengo el poder para maldecir lo que sea, bueno, no es un poder pero yo lo tomo como uno — logrando que mamá me regañe por ellos, en cambio Marcos siempre estaba más que listo para irnos.

Dime "Te amo" (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora