21) Punzadas

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¿Por qué ella y yo no?, ¿Qué tiene ella de especial?, ¿Cuándo será el día en que la suerte querrá jugar a mi favor?

Esas son algunas de las preguntas que rondan por mi cabeza mientras camino por los desolados pasillos de la escuela, sin rumbo fijo. Pase unos cuantos minutos así hasta que sonó el timbre de la escuela que indicaba el fin del receso, pensé en entrar pero me pareció mejor idea saltarme esta clase ya que en mi mente no cabía ahora el escuchar el valor de la X en matemáticas.

El lugar está tan silencioso que incluso puedo escuchar el sonido de mi respiración y el tac que hace mis zapatos cuando golpeó gentilmente el suelo al caminar. Todo aquello lo ignoro ya que ahora mismo por mi mente pasan muchas cosas, algunos son recuerdos y pensamientos que lograr el que me deprime aún más, por lo que con un gran esfuerzo los apartó de mi mente. Es ahí cuando me doy cuenta de que siempre he hecho lo mismo: hago a un lado las cosas y pensamientos que me lastiman o me desagradan, para no enfrentarlo.

De pronto y sin aviso, un recuerdo que estaba en lo más profundo de mi mente empieza a salir a la superficie. No importa cuantas terapias tuve o cuanto tiempo halla pasado, siempre me pongo muy nerviosa e inquieta al recordar el pasado. Mi pasado.

Escuchar mi teléfono sonar dentro de mi bolso, es la distracción perfecta que tengo para dejar los pensamientos a un lado y revisar de quien se trata. Era un mensaje de Samantha en el cual me preguntaba por mi paradero y el por qué no entre a clase, cosa que respondí con un: 'me sentía un poco mal así que decidí saltarme esta clase para tomar un poco de aire'.

— ¿Qué haces en los pasillos, Amy? — al levantar la mirada del teléfono encuentro a mi mejor amigo frente a mi, de brazos cruzados y con una mirada de confusión pura. Ni siquiera escuche cuando se acercó —. ¿Por qué no entraste a clases? 

— me sentía un poco mal — me excusó mientras guardo el teléfono en el bolsillo de mi pantalón —. Entraré a la próxima clase.

La relación entre Dylan y yo con el paso de los días mejoró e incluso quedo en el olvido el por qué me intente alejar, no digo que quedó en total olvido, pero ahora sólo intento ignorar lo que pasó para seguir como antes.

Pienso que es una simple estupidez todo esto. No lo se, creo que sufro de bipolaridad, estos cambios de humor y de pensamientos a veces no son normales.

— ¿Qué tienes? — Ahora se veía preocupado —. ¿Qué sientes?

— tranquilo, sólo me siento un poco indispuesta, es todo — veo como sus hombros se relajan —. En fin...y ¿Tú por qué no estás en clase?

— Había entrado, me aburrí, me dio ganas de salir a fumar y pues... — me resume en lo que se encoge de hombros — me escapé.

Dylan es una persona que a simple vista se le ve un aura de tipo ''chico malo'', de esos que se saltan las clases, van a fiestas sin descanso, fuman y toman sin medidas y de los que siempre tienen a todas las chicas suspirando por el. Lo último es razonable ya que feo no es — para nada —, pero un dato muy importante que todos tienen que saber y conocer, es que a pesar de llevar ese porte del típico chico malo como de los libros de Wattpad, pero sin tatuajes. La realidad es que es un chico muy divertido, atento, cariñoso y con un corazón de pollito. Aunque siempre quiere demostrar lo contrario.

…~…~…•…~…~…

El viento aquí afuera es insoportable pero no tanto como el hecho de que te golpee ferozmente en el rostro y cabello, logrando que este último de en mi rostro como pequeños latigazos que en vez de doler, pican y molestan.

Dylan luego de tener una pequeña charla conmigo en los pasillos, me sugirió que nos fueras al campus de la escuela ya que ahí es el único lugar en el cual los profesores no van y así no corremos el riegos de que nos vean y nos den el sermón del año por no entrar a clases. Ya suficientes problemas tengo en mi vida como para agregarle otro.

Dime "Te amo" (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora