Dime "Te amo" (pausada)

7) Me gusta alguien

— ¿Segura que no te duele? — Pongo los ojos en blanco con fastidio al escuchar que me hace esa misma pregunta otra vez.

Sólo había sido un simple rasguño, la sangre fue la que escandalizo todo pero no era para tanto, ni siquiera me dolía y ya estaba cansada de repetirlo pero ni me escuchaban.

— ¿enfermera su trabajo es curar mi ''herida'' — lo digo entre comillas para luego cruzarme de brazos — o seguir haciendo la misma tonta pregunta un montón de veces? — se que sonó un poco bastante grosero pero ya estaba harta.

Bueno pero miren el lado positivo de que me allá caído...ahora no estoy en la clase de educación física.

Bien por mi.

Una vez la enferma de la escuela me limpió y vendo — cosa que vi demasiado exagerado pero ella me dijo que era necesario para que no se infecte la herida — mi rodilla. Salí de lo más normal de la enfermería encontrándome de frente con Sebas en una esquina de los pasillos.

— Sebas.

— ¿Te encuentras bien? — se vio muy apenado y preocupado.

No puede pasar por alto lo tierno que se ve Sebas todo sonrojado...cosita.

— Si, no fue para tanto.

— Amy me siento muy apenado contigo — empieza a decir — no quise hacerte caer, yo—

Hago un además de restarle importancia — tranquilo — bufo — me a pasado cosa peores.

En realidad.

— te lo voy a compensar.

Eso me tomo por sorpresa — ¿Qué?

— Si ya verás — empezó a caminar lejos de mi — hablamos luego tengo que volver a clases antes que noten que no estoy.

— pero...

Intente hablar pero ya había desaparecido de mi vista.

***

Tres días después.

— por eso sal y perrea, diceeeeen ni auque me tiren el ramo me caso, por eso—

— ¡¡Ya cállate Amy!! — me grita Marcos desde su habitación — ¡¡cantas peor que un gallo!!

— ¡Dice que no pero llega borrachita! — empezó a cantar aún más fuerte mientras le subo al tope a la música en mis parlantes — ¡Y ella pide!...

Lo siento hermanito pero estoy limpiando mi habitación por lo que estoy escuchando música, por lo tanto es mi momento de ser diva. Así que bajale a tu envidia.

— Amy — al escuchar que pronunciaron mi nombre sentí que mi corazón se detenía por unos segundos.

O sea, cabe aclarar que estaba en mi habitación sola, sin nadie a la vista y no había nadie parado en la puerta, ¡¡O sea!!

Al girarme y notar a Dylan parado junto a la ventana mirándome muy confundido, se me pasó el susto.

Me acerco al parlante y le bajó un poco el volumen — ¿Tu quieres que yo me muera? — digo poniendo mi mano en el corazón sintiendo lo rápido que estaba latiendo —casi me da un infarto.

Este me sonríe — perdón Amy es que te estaba llamando y no respondiste y vine y tampoco respondías cuando llamaba a la puerta — me explica rápido — y cuando estaba por irme escuche música aquí y bueno...entre por la ventana.

— ¿Por qué no entras por la puerta como las personas normales?

— por que no respondías — aclara nuevamente.