15) tu nunca cambias

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La desesperación y la angustia eran los únicos sentimientos que estaban presentes desde que mamá me llamó.

— Marcos y tú padre están discutiendo, temo que pasen a los golpes — se escuchaba muy angustiada — no quiero preocuparte pero no puedo con esto sola.

Lo que me dijo mi madre por celular se seguía repitiendo una y otra vez en mi cabeza, mientras Mateo se dirigía a mi casa lo más rápido que podía.

Me tocó venirme sólo con Mateo en su auto ya que le pedí en súplicas a Samantha que se quedara en la escuela para informarle a los profesores que me había tenido que ir por que me sentía indispuesta. Es mentira, lo se, pero por ahora no quería otra sanción por parte de la directora por irme de la escuela sin el permiso de mis profesores o coordinador.

— calmate ya vamos a llegar — habla Mateo para aliviar el ambiente de tensión que nos rodeaba.

Yo sólo me había dedicado a mantenerme en todo el camino mirando por mi ventanilla mientras movía mi pierna de arriba a bajo, ansiosa.

Luego del paso de unos diez minutos — que para mi fueron eternos — llegamos a la casa, encontrándome con la escena de que papá y Marcos estaban discutiendo a gritos mientras que mamá se metía en medio de ambos para evitar que se fueran a los golpes. Al ver aquello, sin pensarlo dos veces, apenas Mateo estaciona el auto me bajo lo más que puedo y voy hasta ellos olvidando por completo todo lo demás.

— ¡Eres un desgraciado! — le grita Marcos a mi padre sin siquiera tomarle importancia a mi llegada. En realidad nadie lo hizo. — ¡Todo lo que le pasó a Amy fue tu culpa!

— ¡¿Mi culpa?! — papá se ríe — ¡Es más de ustedes que mía!

— ¡Ya basta los dos! — grita mamá enojada, pero fue completamente ignorada.

— ¡Si no hubieras preferido ir a follar con tu estúpida amante en ese entonces, nada hubiera pasado! — era la primera vez que veía a Marcos tan enojado — ¡Todo lo que pasó es tu culpa!, ¡Y no conforme con toda la desgracia que haz causado en nuestra familia, aún así, tienes las pelotas de venir a traer más!

Sus palabras fueron como un balde de agua fría sobre mi, odiaba que hablarán de ese tema.

— ¡Hijo de puta! — es lo único que respondió aquel hombre dando un paso al frente para golpear a Marcos.

Al ver tal acto reaccionó sin siquiera pensarlo.

— cuidado con lo que hagas  — le advierto y noto que mamá me mira esperanzada ya que sabe que ahora no tendría que evitar una catástrofe ella sola — hace mucho tiempo atrás que tu perdiste el derecho de al menos ponernos una mano encima a nosotros.

Papá da una paso atrás — todos ustedes son unos mala agradecidos — puso su mano en su pecho — ¡Gracias a mi existen!, ¡¡Yo soy su padre, cuerdas de cuervos!!

— ¡¡Vete a la mierda!! — le gritó molesta dando un paso al frente.

Lo siguiente que veo es que el muy malnacido me da una cachetada tan fuerte que del tiro logra tirarme al suelo. Al sentir aquella cachetada mi cabeza empezó a darme vueltas y la mitad de mi cara empezó a dolor junto a un fuerte dolor de cabeza. Era la primera vez que me golpeaban tan fuerte.

Si antes lo odiaba ahora lo quería era matar.

— Amy, Amy — mamá me habla mientras se agacha a mi lado para tomarme del rostro e inspeccionar cada centímetro del mismo — ¿Estás bien?, ¿Te encuentras bien? — me pregunto sin ocultar su preocupación.

La cachetada había logrado desorientarme por un momento.

Ignorando las preguntas que mi madre me hacía sin parar, me dediqué a enfocar mi vista hacia el lugar donde antes estaba mi padre y me encuentro con él tirado en el suelo mientras que Marcos lo golpeaba una y otra vez en el rostro muy molesto. Incluso Mateo estaba ahí metido intentando separar a Marcos de él.

Dime "Te amo" (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora