IX

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Changkyun condujo lento todo el camino ya que no quise sostenerme de él, por lo menos evitó que me cayera de la moto si conducía rápido. En todo el trayecto sólo le dirigí la palabra para decirle mi dirección, tampoco me despedí de él al llegar. Solo baje de la moto sin mirar atrás una vez que le entregue el casco. Él tampoco espero que entrara a casa para marcharse, lo sé porque pude escuchar como su moto rugía al irse velozmente del frente de mi casa.

Al entrar a casa mi madre que estaba en la cocina se enteró de mi llegada y no dudo en salir a recibirme.

—Hola amor, ¿cómo te fue? —preguntó dulcemente. Vestía un vestido cómodo y su delantal de cocina.

—Hola mamá, me fue bien. —le dije tratando de sonar lo más convencional posible.

—¿Tienes hambre? —pregunta.

—No. —le dije para luego ir escaleras arriba con dirección a mi habitación.

Cerré la puerta con seguro, dejé el bowl en mi mesa de noche y tomé un peluche de mi cama, lo miré con desprecio y lo arrojé en contra de la pared con enojo.

—¡Púdrete! —grité por lo bajo para no ser escuchada por mi madre.

Las palabras de Changkyun se repiten una y otra vez en mi mente. Me dan unas tremendas ganas de estrangularlo con mis propias manos. Camino de aquí para allá una y otra vez por mi habitación buscando calmarme pero no lo logro.

¡¿Quién se cree que es?!

—"Ni piinsis qui mi gistiris sili pirqui tiinis isi mirci"—repito sus palabras haciendo muecas.

¡Changkyun puede ser el último hombre de este puto mundo y jamás me gustará! ¡Y no me importa que sea mi alma gemela!

Es un engreído. ¡No lo soporto! Ni siquiera sé porqué se enojo de esa manera, ¿acaso soy tan fea que lo enojo que sea yo?

¡Aish! ¡Incluso me está haciendo dudar de mi misma! ¡Lo odio!

Pataleo unos segundos y luego me tiro a mi cama con frustración.

—¿Pasa algo Yang? —escucho a mi madre del otro lado de la puerta. Parece que se ha dado cuenta que no todo anda bien.

¡Demonios! Lo que faltaba.

—No madre, estoy bien. —grito desde mi cama para hacer que se marche y me deje sola.

—Ábreme la puerta Yang. —ordena.

—¡Madre! —me quejo.

—Abre la puerta. —repite.

Me levanto de mala gana y le abro la puerta, dejo que pase y vuelvo a tirarme a mi cama. Puedo sentir segundos después como se sienta en la orilla de mi cama, estoy segura que quiere hablar.

—¿Ya tienes alma gemela Yang? —al escucharla abro los ojos como platos y me atraganto con mi propia saliva de la sorpresa. Empiezo a toser sin control y la miro a los ojos.

¿Cómo se dio cuenta? ¡Estuve ocultándolo muy bien!

—Eso me confirma que si. —deduce.

Luego de que he dejado de toser le respondo; —¿Cómo lo supiste?

—¡Por Dios Yang Mi! Soy tu madre, reconozco cuando algo te sucede, que me haga la idiota para esperar que me lo digas es otra cosa.

Yo la miro de mala gana al enterarme que todo este tiempo mis intentos fueron fallidos.

—¿Por qué no me lo habías dicho? —cuestiona.

—Es que quería conocerlo antes de decírtelo. —miento, era obvio que no se lo dije porque sabía que enloquecería al enterarse que el chico que estuvo en boca de todos en la asociación de padres de la escuela era mi alma gemela.

Soulmates ; Im ChangkyunWhere stories live. Discover now