XIX

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Ya era lunes nuevamente, justo un día después de haber salido del hospital, mi madre decidió por obvias razones no enviarme a la escuela hoy, lo cual agradecí bastante ya que no tenía ánimos de siquiera levantarme de la cama y aunque me sentía bien físicamente, emocionalmente estaba hecha un nido de pájaros.

—Lamento tener que trabajar justo hoy —menciona mi madre mientras me da un beso en la sien en forma de consuelo— Descansa lo suficiente, deje tu desayuno y almuerzo preparado con anterioridad en el microondas, cuando tengas ánimos de comer te levantas y lo calientas. —termina de decir mientras se levanta de mi cama y se dirige a la puerta.

—Gracias mamá. —le respondo con cariño— Cuídate en el trabajo.

—Tú también mi niña, nos vemos a las tres. —dice por último para luego desaparecer tras cerrar la puerta de mi habitación.

Me revuelvo en mi cama buscando comodidad, agarro mi celular y observo que son las siete de la mañana, ya a estas horas normalmente estuviera de camino a la escuela.

Lanzo mi celular a algún de la cama y decido dormir un poco más. Mis amigos están en la escuela por lo cual no podrían venir así que solo me dedico a disfrutar un merecido descanso por lo cual me duermo rápidamente.



• • •




No sé qué tiempo ha pasado desde que decidí dormir pero me levanto algo rápido de la cama con el sueño impregnado en mis ojos, el toque constante de la puerta y el timbre hacen que me despierte de mi sueño lo cual es algo sorprendente que pudiera despertarme aún cuando mi habitación esta en el segundo piso. 

Algo mareada por los movimientos bruscos al despertar, bajo las escaleras con cuidado mientras me quejo porque el timbre sigue siendo tocado insistentemente.

—¡Qué carajos-

Mi ojos saltan al verlo cuando abro la puerta.

Sus ojos me rastrean de arriba a abajo y luego se alejan rápidamente hacia otro lado de una manera no muy disimulada. Yo decido ignorar lo que ha hecho y continuo esperando a que hable.

—¿Estabas durmiendo? Llevo quince minutos tocando la puerta y llamándote a tu celular. —un tono incómodo hace presencia en su voz.

—Yo- eh... Sí, —carraspeo un poco cuestionando el porqué no escuché el celular anteriormente— Sí  estaba durmiendo.

—¿Me dejas pasar? —pregunta mirando hacia un lado mientras se balanceaba con sus piernas evitando mirarme.

Yo asiento y me hago a un lado, él entra y se sienta en el sofá más cercano. Yo cierro la puerta detrás de mí y me acerco a él a paso lento pero sin sentarme aún.

—¿Qué haces aquí? Deberías estar en la escuela. —pregunto al percatarme de que trae el uniforme de la escuela puesto.

—Estaba allá pero me escapé para venir ya que no fuiste hoy. —explica mirándome a los ojos sin siquiera mover la mirada a otro lado— ¿Estas mejor?

De manera inconsciente mi corazón salta por su preocupación pero me obligo a no darle mucha importancia ya que aún continúo molesta con él. Es su culpa lo que me pasó. Sin contar que de manera extraña me dirige poco la mirada.

Yo asiento en su dirección en respuesta.

—¿Tu madre trabaja hoy? —pregunta y yo asiento una vez más. Quería hacerle notar que no estaba dispuesta a hablarle más de lo necesario. —Perfecto, te llevare a un lugar para explicarte todo pero primero necesito que te quites esa pijama, por favor.

Soulmates ; Im ChangkyunWhere stories live. Discover now