Draco y Hermione, Encontrándose

20.-Celebraciones

Tras el compromiso de Luna y Neville tuvieron la visita del Sr. Lovegood y de la Abuela Longbottom. Durante toda una tarde en el despacho de Dumbledore el uno y la otra estuvieron aleccionando a los jóvenes para hacerles cambiar de idea, sin conseguir que cediesen en su insistencia de casarse. Cuando salieron del despacho, Neville y Luna parecían más decididos todavía a casarse que nunca.

No le sorprendió a Draco la visita que le hizo el antes tímido Gryffindor para pedirle ayuda con una idea que tenía en mente, en menos de diez minutos habían decidido todo lo necesario, Neville se fue a contárselo a su prometida y Draco se puso a escribir varias cartas. Hermione no pudo por menos que sonreír y estar de acuerdo en la decisión de ambos chicos, haciéndole una recomendación a su prometido que aceptó gustoso.

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Durante las vacaciones de Pascua, una simple semana en la que solicitaron permiso para ir a Malfoy’s Manor todos juntos.

Nada más llegar los recibió un elfo doméstico llamado Wolfie, Hermione frunció el ceño al ver cómo realizaba una profunda reverencia a Draco mientras el joven lo despedía con un ligero ademán. La mansión de los Malfoy era un enorme caserón frío con una espartana decoración que no invitaba demasiado a la comodidad.

- Muchas gracias, Draco, por invitarnos a pasar esta semana... – dijo Harry mientras veía cómo los baúles desaparecían de su vista - ¡Hey!
- Tranquilo, se los ha llevado Wolfie a vuestras habitaciones… - aclaró él con una sonrisa – Supongo que os gustará saber que no tenéis por qué dormir en dormitorios separados durante estas vacaciones.
- Nos encanta esa disposición – comentó Ginny tomando del brazo a Harry.

Intentaron relajarse en el salón mientras tomaban una ligera merienda pues de camino no habían podido comer nada y era demasiado temprano para cenar, las parejas de prometidos lucían unas conspiradoras sonrisas que intrigaban a sus amigos y los gemelos, hasta el punto de que estos últimos no pudieron dejar de preguntar.

- No es que no nos guste la invitación, Draco… pero…- comenzó Fred.
- … ¿qué te traes entre manos? – culminó George.
- Bueno, sólo queríamos estar tranquilos y con nuestros amigos para poder celebrar una ligera fiesta. – Mirando a Crabe y Goyle y asintiendo estos dos al fin comprendiendo lo que se traían entre manos. - ¿No se os ocurre un motivo para dar una fiesta?
- Pues ahora que lo mencionas... no. – negó George.
- ¡Espera! ¿No será lo que se me está ocurriendo? – Preguntó Ginny – No os atreveríais…
- ¿A qué…? – Preguntó Harry sin comprender.
- Creo que aciertas… - dijo Hermione con una sonrisa.
- ¡Van a casarse! – Exclamó la joven Weasley.
- ¿Qué? – Exclamaron al unísono los gemelos y Harry, mientras Crabe y Goyle se reían de sus caras de sorpresa. - ¿Cómo?
- Pues después de que aquí el amigo Longbottom me pidiese ayuda para poder casarse con la Srta. Lovegood, mi hermosa e inteligente prometida decidió que bien podíamos casarnos nosotros también. Solicité unas licencias especiales a un amigo y dentro de dos días vendrá un sacerdote para casarnos.