Draco y Hermione, Encontrándose

7. Baile de Navidad

Como cada mañana Draco despertaba con Hermione abrazada a él… acariciaba su brazo y besaba su rostro para despertarla… por regla general en tan sólo dos minutos la chica empezaba a responderle… pero aquel día en lugar de corresponder a sus besos y caricias, se hundió bajo las sábanas….

- No quiero salir… - su voz sonaba amortiguada por las mantas.
- ¿Por qué? ¿Acaso una Gryffindor está empezando a ser cobarde? – Pinchándola.
- Sí, soy cobarde y a mucha honra… - Protestó ella.
- Vamos, gatita… - levantando las sábanas para mirarla – Te prometo que todo saldrá bien.
- Claro, para ti es fácil decirlo – continuó protestando – No has visto el vestido e irás bien tapadito con tu traje…
- Cariño, te dije que si estabas descontenta, podías cambiarlo… - con voz conciliadora.
- Es que es precioso… pero creo que tendré un ataque de nervios antes siquiera de bajar las escaleras de mi dormitorio… - Saliendo y aferrándose a su pecho – Draco… ¿y si no vamos? Podemos quedarnos aquí y estar tranquilos… y sin que los demás lo sepan y nos miren.
- Veamos… ¿Tienes miedo de que se sepa o de ponerte el vestido? Porque ya no lo tengo muy claro… - Sabiendo a la perfección que era lo primero con alguna influencia de lo segundo.
- Es que… hemos estado tan tranquilos y felices sólo porque nadie lo sabía… y cuando vean el vestido sabrán que me lo has regalado tú y… puede que piensen que es un pago por… y no quiero ser una más, Draco.
- Lo primero que has de tener en cuenta es que llevo mucho tiempo sin hacer caso a lo que digan los demás y creo que deberías empezar a practicarlo tú también, lo segundo, tendrás que acostumbrarte a mis regalos… porque me encanta hacértelos y por lo de ahora me he contenido… - acariciando su nariz sonriente – Pero lo más importante es que yo sé que no eres una más, todas las demás mujeres sólo eran un entrenamiento para poder estar contigo – besando sus labios con dulzura - ¿De acuerdo? – Ella asintió con la cabeza – Y si quieres que no haya duda de lo que siento por ti… no te quites el brazalete.

Draco comprendía en cierto modo el nerviosismo de Hermione, no había visto el vestido, era cierto, pero porque ella no había querido porque deseaba que fuese una sorpresa, no sabía la Gryffindor que cuando llegase a su dormitorio esa tarde para cambiarse, le esperaba otra en su mesilla de noche… Para mantener el misterio hasta el último momento habían decidido que se vestirían en sus respectivos dormitorios, a Mione así podría ayudarla Ginny, la pelirroja había declarado que con ese vestido su amiga necesitaría ayuda sólo para ponérselo… clara indirecta que decía a Draco que la modista había conseguido lo que él deseaba…

Esa mañana había visita a Hogsmeade, para que aquellos que tuviesen que terminar con los preparativos de la noche no tuviesen ningún contratiempo, Draco tenía que salir para recoger algunas cosas… aunque no se lo había dicho a Mione para no preocuparla más… De todos modos se arreglaron y se despidieron hasta la noche…

- ¿No nos veremos en el comedor? – Preguntó él antes de salir.
- No, no creo que pueda comer nada… de todos modos Ginny ya me dijo que me llevaría algo para que no me desmayase… - comentó ella divertida y nerviosa – Si la oyes hablar no sabes quién está más nerviosa, si ella o yo.
- Es normal, es tu amiga… creo que además es la única que comprende por lo que estás pasando… - acariciando su barbilla antes de acercarla para besar sus labios con ternura – Gatita, te prometo que todo saldrá bien… pero necesito que te tranquilices un poco… - sonriendo y señalando el lugar en que llevaba el colgante – O no podré respirar…
- ¡Cielos! ¡Perdona cariño! – Se disculpó al darse cuenta de lo que estaba provocándole – Será mejor que te lo quites entonces…
- No, porque así me garantizo de que vas a intentar relajarte…