3.- Sorpresas

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Un mes… las llamadas se habían hecho menos frecuentes, aunque de todos modos una cosa que llamaba enormemente la atención del Slytherin, era que cada vez que se veían, notaba en Granger una tendencia a confiar en él abrumadora… ahora no sólo le contaba aquellos problemas que tenía, sino que muchas veces le hacía partícipe de las burradas que hacían sus sombra. A veces incluso hablaba con él de un modo tan… ¿libre? Pero es que no sólo se había convertido en su confidente, sino que también en el único que comprendía la presión académica que ella sufría… Sus “amiguitos” se desentendían las más de las veces de sus ansias por terminar un ensayo, o de su miedo ante un examen sencillo… Pero Draco sabía lo que era estar rodeado de inútiles que sólo piensan en jugar… por lo menos al fin habían acordado ayudarse con aquellas asignaturas en las que coincidiesen… Más que nada, cuando sus encuentros pudiesen influir en su rendimiento académico…

A lo largo de las primeras semanas, Pansy lo había sacado de sus casillas… en una ocasión no se le ocurrió otra cosa que seguirlo, cuando se encontraron alejados lo suficiente del resto, se frenó de golpe provocando que la morena se diese de bruces contra su espalda y se cayese al suelo…

- ¿Qué te he dicho de seguirme? – La enfrentó con una frialdad que jamás había demostrado hacia ella.
- Pensé que… -comenzó ella, pero se cayó al ver los ojos de Malfoy, fríos como el hielo con una mirada dura que indicaba que no deseaba que dijese ni una palabra más.
- Me da igual lo que se te haya pasado por esa cabeza de chorlito que tienes… Entérate de una vez: NO soy tuyo ni de nadie. Hago lo que me da la gana y como vuelva a verte seguirme como un perro faldero… haré lo más apropiado… - agachándose y diciendo en un tono más bajo pero no menos intimidante – Te daré tal paliza que habrás deseado no nacer… ¿Te queda claro? – La chica asintió.

Pansy se levantó y salió corriendo hacia su sala común, le pareció oír algún sollozo, pero cuando estuvo seguro de que nadie más lo iba a importunar, fue a reunirse con Hermione, que lo recibió curiosa por saber qué era lo que había provocado que se enfadase… Cuando se lo contó, porque de vez en cuando tendría que hablar él, le pareció ver un ligero rubor en sus mejillas y sentir una calidez en el colgante. Pero lo dejó pasar sin que le llamase mucho la atención.

Tras ese incidente y con la ventaja de no tener que salir corriendo tan a menudo, Pansy había dejado de burlarse de él, sólo atribuía sus ligeras “escapadas” a que tenía un affaire con una alumna de otra casa… no sabía hasta qué punto estaba en lo cierto… pues la principal razón por la cual Draco había aceptado esta situación con Hermione era para librarse de esos sueños de un modo u otro… Por lo de pronto, los sueños eran cada vez más intensos, tanto en su contenido como en su frecuencia… algunas noches daba igual lo agotado que estuviese tras el estudio, la visión de Hermione en un diminuto salto de cama, que le indicaba con una sonrisa lujuriosa que lo siguiese… aparecía casi al momento de cerrar los ojos… Pensaba que iba a descansar una vez llegase a Hogwarts, pero estaba totalmente equivocado… lo único que terminó haciendo fue dejar de luchar y aceptar que quisiese o no, la chica de pelo rizado era dueña de sus noches de un modo en absoluto desagradable…

Esa noche, después de terminar cuatro engorrosos y complicados ensayos de tres pergaminos de largo, estaba a punto de meterse cansado en la cama, sin deseo alguno de compañía a la una de la madrugada, primero porque la mayoría estaba durmiendo y no iba a buscar a nadie, la segunda porque sabía que en cuanto su rostro tocase la almohada vería el de Hermione… suficiente para él desde que había vuelto de las vacaciones. Pero el colgante lo llamó, aún no se lo había quitado, era lo único que le quedaba antes de introducirse entre las sábanas de seda negra, pero era una llamada diferente de las demás, tras tres días de inactividad, el colgante estaba enfriándose de modo intermitente… no era el frío en aumento constante, sino una especie de llamada controlada…

Draco y Hermione, EncontrándoseOnde as histórias ganham vida. Descobre agora