Draco y Hermione, Encontrándose

15. Consecuencias

Torre Gryffindor…

Cuando Snape se llevó a Draco y Hermione al despacho del director… sus amigos y todos los curiosos congregados en la entrada vieron cómo Dumbledore envió su patronus para después, entre todos los profesores, llevar a los prisioneros al lugar que les correspondía…

Los compañeros de casa de Harry y compañía los escoltaron hasta su torre, impidiendo que los demás les hiciesen preguntas, notaban su cansancio y un sentimiento egoísta de ser los primeros en escuchar el relato de su aventura los impulsó a ello… Luna terminó entrando también a la torre Gryffindor, Neville no soltaba su mano y su figura menuda pasó desapercibida en medio de tanta gente… Ni siquiera llamó la atención cuando se acurrucó en el regazo del joven Longbottom.

Al traspasar el cuadro comenzaron las preguntas… y las explicaciones no tardaron en salir de sus labios, así como las expresiones de asombro de todos los allí reunidos… La sala común estaba atestada, como cuando ganaban algún premio… pero esta vez era una reunión cuanto menos silenciosa… algunos, al oír el relato terrorífico de lo ocurrido en la plaza de Hogsmeade… no eran capaces de imaginarse a Hermione Granger, el ratón de biblioteca, luchando fieramente con los Mortífagos… mucho menos codo con codo de Draco Malfoy… En los momentos en que se describieron las muertes de algunos de sus atacantes… se apoderó de la estancia un poderoso y terrible silencio… apenas roto por la suave voz de Lavender que era quien narraba lo ocurrido.

A la mañana siguiente…

- ¿Qué podemos esperar ahí fuera? – Dijo Hermione abrazada a Draco en el lecho
- Muchas cosas… Odio, miedo, orgullo… pero ante todo… miedo – Respondió él besando su frente. – No debiste apoyarme en la lucha… debiste pensar en las consecuencias. – Acariciando su espalda – Yo estoy acostumbrado a esos sentimientos por parte de los demás… pero tú no.
- Te recuerdo que me odiaste durante años… - Apuntilló ella.
- No es lo mismo… ahora medio Slytherin te odia por haber derrotado a Bellatrix en el primer movimiento de varita.
- Pues no pienso esconderme como un ratón… me niego – Incorporándose.
- Lo sé… - tirando de ella para que volviese a sus brazos – Pero por ahora sigamos descansando…
- ¿Estás seguro de que lo que quieres es descansar? – Preguntó ella con un brillo de lujuria en su mirada.
- Estoy abierto a proposiciones… - besándola – Cuanto más indecentes… mejor.

Por suerte para ellos, sólo unos pocos conocían el paradero de su “rincón”, así cuando salieron no tuvieron que toparse con nadie hasta llegar al gran comedor. Allí sintieron las miradas cargadas de odio de toda la mesa Slytherin, como bien había predicho Draco, pero lo que más dolió a Hermione fue ver el miedo en los ojos de sus compañeros… sus amigos

Pero la Gryffindor asió con fuerza la mano de Draco, enderezó su cuerpo y tensó cada músculo… para avanzar con aire altivo e insolente hacia su sitio en la mesa de su casa… Draco supo que en ese apretón estaba pidiendo su propia fuerza para afrontar aquello que se le avecinaba, ella la tenía y lo sabía, al Slytherin le daban igual las habladurías… desde aquella noche en que esperó por ella en el Hall… dejaron de importarle. Mas sabía que para Hermione este momento resultaba duro… enfrentarse a sus amigos, a los prejuicios de aquellos que aún no habían salido del cascarón protector… de aquella nube de algodón en la que vivían… siendo otros los que sufrían la guerra que se estaba fraguando al otro lado de esos muros… Siempre estaría a su lado… y eso lo sabía… mucho antes de lo que ella pudiese imaginar.