Draco y Hermione, Encontrándose

5. Despertar.

Al abrir los ojos topó con otros de color miel que lo miraban curiosos, Hermione estaba apoyada en su pecho y no dejaba de mirarlo con una sonrisa, a la cual no pudo evitar corresponder… y por la risa que provocó supo que le había quedado cara de estúpido… Pero cuando esos ojos se tornaron deseosos y se acercaron de un modo casi indecente, para que los labios que los acompañaban besasen los suyos, no rechazó el beso, sino que posó sus manos en la desnuda cintura de ella para acercarla más a sí.

- Buenos días, Sr. Malfoy, ¿ha dormido usted bien? – dijo en mitad de un suspiro.

- Perfectamente, Srta. Granger… - deslizando sus manos por los costados de la mujer, obligándola a gemir - ¿Qué ha soñado esta noche, Srta.? – Preguntó antes de besarla de nuevo.

- Que usted, caballero, me llevaba a su mansión y nos comportábamos de un modo indecente… - contestó ella sonriendo.

- Estoy de acuerdo, aunque me temo que debemos dejar esta agradable conversación… Hemos de arreglarnos e ir al comedor… - suspirando resignado.

- Sí... Supongo que ahora hemos de volver al mundo real… - ella se levantó y salió de allí en dirección a una puerta en la que Draco no se había fijado – Voy a ducharme, si quieres hay café recién hecho.

Draco se quedó en la cama, de costado observando con qué naturalidad ella se había ido a la ducha… completamente desnuda, sin rastro de la vergüenza que cualquier otra en su situación hubiese demostrado… Pero tenía razón, tenían que enfrentarse a la cruda realidad de que, a pesar de que Harry (y a estas alturas Ron también) supiese de su relación, no convenía que saliese a la luz de momento… Porque Draco ahora estaba seguro de que aunque se acostase con ella… no conseguiría cansarse… jamás. ¿Sería eso amor?

Pero antes de decidir si era cierto o no, prefirió continuar con un agradable despertar, se levantó de la cama y siguió el mismo camino que la Gryffindor, ella no se dio cuenta de su intrusión, pues el ruido del agua no le permitía escuchar los casi silenciosos pasos del hombre que se situó tras ella bajo el agua y comenzó a besar su espalda… Ella se arqueó aceptándolo…

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Entraron ambos en el comedor, sus rostros no revelaban aquello que escondían, pero el murmullo general dejó claro que su entrada juntos había llamado la atención, de todos modos se separaron sin decir palabra y se fueron a sus respectivas mesas, a cada extremo de la gran sala… Draco vio a su profesor y jefe de casa que no dejó de taladrarlo con su mirada, él vocalizó “Buenos días, profesor.” con una sonrisa. Sabía que intentaba entrar en su mente y averiguar lo que le había hecho llegar tan tarde y con Hermione… pero para su desgracia era demasiado buen profesor en Oclumencia y Draco demasiado buen alumno.

Se sentó entre Crabe y Goyle como si tal cosa, haciendo caso omiso a las preguntas de Pansy, comenzando a desayunar sin mirar a Hermione, a pesar de que el colgante de su pecho cada pocos minutos se tornaba cálido, lo que ahora sabía era el deseo de ella por él. Cada vez que ese calor aparecía tenía que esforzarse por no mirarla… pues si lo hacía medio comedor sabría la verdad… Y no podían permitírselo… todavía.