capítulo 12

22 2 0
                                    

Confesión cotidiana

A que Sebastián tendría hambre justo antes de que yo comiera pues se dignó a presentarse en el comedor en donde casi todos los días comía yo sólo a pesar de que el comedor no era tan gigantesco.

- gracias por esta comida que Dios nos dé más. - dijo Sebastián en ese momento en el que me contuve a tragar.

- de qué religión eres - le pregunté mientras le paso sus brochetas de carne.

- no tengo religión.

- ¿Seguro que no eres judío?, Aveces eres raro en hablar.

- no estaría comiendo cerdo contigo - contestó y dió una mordida o dos a la carne en la brocheta.

- entonces por qué agradeces la comida a diario.

- porque he ido a ciudades perdidas y no todas son una maravilla

- yo... Agradezco lo que tengo pero no acostumbro a rezar a diario.

- si lo intentas el uno por ciento de tus mayores problemas terminarán

-.... Y si el uno por ciento es mi matrimonio-bajé la mirada.

- entonces.. terminará, pero Dios no querrá quitarte ese dolor porque para empezar fue tu petición.

-... - sonrío. - siento decirte Dios mío que aún no rezaré porque el uno por ciento de mis problemas termine - miré hacia arriba y luego me dispuse a terminar la comida.


Después de terminar la comida Sebastián hizo una proposición muy sorprendente.

- qué tal si vamos a la biblioteca - dijo él.

Acepté ir con él sabiendo que ni yo sabía en dónde estaba la biblioteca más cercana.

Al final.... Estaba casi en la esquina de la calle.

Estaba desconcertado juro que nunca la ví cuando me mudé con Elías.

- esta biblioteca.. cuánto tiene aquí, ¿Es nueva?

- tiene como diez años en la esquina.

-.. nunca la había visto

- hay muchas cosas que te pierdes por un rubio desabrido (Elías)

Bajé la mirada no puede ser que nisiquiera me dí cuenta de la presencia de algunos libros.

- come tengo que mostrarte un libro que podrás leer mientras estés detrás de esas paredes - me toma de la mano suavemente sujetando mi muñeca como si fuera un infante y nos dirigimos a paso apresurado a la biblioteca.

Entramos a esta y a pesar de que el exterior se veía más moderno por dentro parecía una biblioteca del siglo XII tenía escaleras para pasar a un piso pequeño del área infantil y muy escondido, por detrás se hallan los libros eróticos.

Sebastián comenzó a buscar en la sección de romance y cuando encontró lo que me había dicho casi grita y mejor se sobre saltó.

- esta es la mejor novela de amor que leerás en primera persona.

Tomé el libro, "bajo la misma estrella"
- tiene pinta de un amor doloroso o solo soy yo con el mío - dije dándole la vuelta para observar su Sinopsis en la tapa de atrás.

- los que no sufren tanto ahí son los doctores y el dichoso Patrick

- y Hazel tiene cáncer, ¿no..?

- sí, pero léelo antes de cuestionar.

- supongo que en verdad tú ya lo has leído

- en realidad.. tuve que hacer nueve visitas a la biblioteca de tarde y noche para leerlo porque no encontré el libro por ningún lado y nunca pude comprarlo a pesar de tener dinero aun no sé por qué

- jaja - reí, - los ricos son raros.

- tú ahora eres rico.

- cierto... vamos a quedarnos un rato este lugar tiene una buena vibra me gusta

- entiendo que sea un buen lugar con buena vibra para ti pero - me tiende la mano, - me gustaría invitar al famosísimo Omega Lían al Starbucks en el que nos conocimos será que sí me lo permites - sonrió de oreja a oreja.

- nmm puede ser, yo acababa de desayunar - me hice el difícil una pizca.

- si aceptas al final te compraré el libro que más te gusta.

- mmm, sí - respondí tomándole la mano.

- BIEN - exclamó casi gritando formando una segunda sonrisa más pequeña.

En la cafetería pedimos lo mismo que la primera vez.

- Lían, no puede ser que nunca te atrevas a salir por lo menos a una biblioteca

- pues, ya ves tengo miedo de que Elías me tenga desconfianza en una de esas

-..... - me sonríe - Lían Rizzo Kenderson, qué me dirías si te confesara que me gustas mucho.

-..... Cómo -por algún motivo al fin me llamó por mi nombre completo.

- no, perdón, qué responderás si te digo que estoy enamorado de ti - me hizo una sonrisa acercándose un poco a mí al otro lado de la mesa.

- ... Qué.. - contesté dejando mi café a un lado.

- nmm y qué me contestas si te pido un beso - dijo por última vez y yo dispuesto a responder cuando él ya estaba en mis narices.

- te contestaría que estoy casado y creo en Dios

- Dios qué tiene que ver en todo

- estaría engañando a Elías

- ¿Engañar a Elías es salir a hacer cosas normales? - preguntó alejándose y acomodándose de nuevo en su silla.

- sí, bueno no, pero a él no le gustaría nada además...... ¿Esto fue una prueba?

- .... - tomó un respiro, - sí, Lían fue una prueba de cómo caías en las confesiones silenciosas y precarias.

- aahh jajajaja, me había asustado -sonreí un poco al reír.

- entonces te da miedo que me gustes - sonríe un poco, conmigo.

- no, es que sería como junjou romántica los casi hermanos se pelean por mí - me tapo la boca para reír con una mano y Sebastián ríe conmigo a la par.

- no puedo creer que veas ese tipo de animes - susurró pero yo lo escuché.

- a veces.

Llegamos a mi casa y preparé algo ligero para los dos y cuando llegó Elías dejamos de reír por la comedia romántica y Sebastián se metió al sótano como si fuera un fugitivo.

¿Tu sucio Omega? Serie:SUCIO OMEGAWhere stories live. Discover now