Tres pequeños bajo la sombra de un arbol *3*

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Llegan temprano, todas las sectas invitadas llegaran antes del mediodía, cuando el líder de la secta Gusu Lan subiera al palco para la bienvenida, aún tienen tiempo para observar la plaza principal y las calles cercanas, A-Li observa como todos a su alrededor parecen ajenos a él, como las mujeres bailan bajo cascadas de pétalos, y lo hombres tocan música alegre mientras las observan, hay cantidades asombrosas de comida en los diferentes puestos, pero el olor no llega a ser incomodo, hay niños de otras sectas corriendo detrás de sus mayores, hay peces de colores. Por un instante se marea, no hay cosas como estas en su hogar, aquí en cambio parece que todos fueran así, alegres con risas y con tantos colores diferentes en la ropa.

- A-Li – su tío le toma la mano – no corras lejos de mí, hay mucha gente y podrías perderte

- Tío mira, ¿Qué hacen?

- Juegan a los dardos, si dan en los puntos negros ganan algunos premios ¿quieres intentar?

A-Li miro a su tío y a la manera en que otros le hacían alguna reverencia o un saludo muy educado, Jin Guang-Yao no solo era su tío, también el cultivador en jefe, elegido por votación entre todos los líderes de las principales sectas.

Ninguno de los dardos que A-Li tiro dieron ni de cerca, solo dos se clavaron y aunque estaba enojado, observo como su tío cargaba siete dardos en su mano derecha, le pregunto qué premio querría y A-Li pidió un juego de abanicos que estaban colgados arriba como el premio mayor, solo para aquel que en una sola mano diera la puntuación máxima, era evidente que llevaban ahí más festivales que A-Li en el mundo, eran blancos, para dos manos tenían jade y seda.

En un solo movimiento de la muñeca de Jin Guang-Yao los dardos fueron disparados y A-Li observo los siete dardos clavados cada uno en los seis puntos negros y uno en el punto blanco, el movimiento parecía simple, sin mucha fuerza y sin mucha concentración, los otros aplaudían y felicitaban a su tío mientras él recogía su premio, muchas veces decían que su padre era mil veces mejor que su tío, lo decían en las cocinas y en los pasillos donde su tío no escuchara esas palabras, con el abanico en la mano A-Li pensó que si su padre hubiera sido tan fuerte como todos dicen, estaría vivo como sus tíos. Fue el repentino silencio y la forma tensa en los hombros de las personas que se abrían dando paso lo que aviso a A-Li que su otro tío había llegado.

- Buen tiro – Jiang WanJin, líder de la secta Jiang del Muelle de Loto, vestido de lila con la espada cruzada en la espalda, su anillo en la mano derecha y los ojos severos que hacían retroceder a la gente común - ¿Cuál es el premio?

- Un abanico de seda y jade, muéstrale A-Li - siempre le era difícil dar el primer paso, siempre que veía a su tipo Jiang Cheng quería correr y abrazarlo, ser recogido por sus brazos, besarlo cien veces como los otros niños cuando veían a sus padres, pero cuando cometía el error de hacer el intento, su tío le ponía la mano en la frente y le recordaba que no era un campesino

- Es esto, es de jade - tendió el abanico mientras el hombre lo tomaba y lo revisaba, A-Li se irguió, pero ni así, no llegaba ni a la cadera de su tío – ¿te gusta?

- No importa si me gusta o no, no es mi premio. – luego observo a su otro tío – Lo llevare a dar unas vueltas, entiendo que debes estar en el palco

- Es muy generoso Líder de la Secta Jiang, usted también está invitado al palco, dejo a A-Li a tu cuidado, pero solo por costumbre, ya me conoces – ato en la muñeca de A-Li un hilo azul tenso, era más fácil seguirlo con el hilo atado, su tío le había explicado que el hilo estaba tenso por la sangre, pero que podría guiarlo por al menos dos kilómetros, si se perdía o lo llevaban - Te buscare después, se bueno.

LAGRIMAS DE LUNAWhere stories live. Discover now