LAGRIMAS DE LUNA

Llevarte a casa 3

Llevarte a casa 3

Wei Ying caminaba entre la arboleda, estaba buscando algún insecto interesante para jugar, encontró una mantis religiosa la semana pasada y Nie Huaisang lloro una hora luego de encontrarla en la ropa, fue muy gracioso y ahora buscaba algo de igual gracia, no había nada, mientras revisaba el camino escucho el levísimo sonido de una ramita al partirse, ya sabia que Lan Zhan lo seguiría, lo hacía siempre, era gracioso, eso lo divertía más que ver a su amigo llorar.

― Al menos esconde cuando persigas en secreto a alguien

Lan Zhan no respondió, hablaba tan poco que parecía un poco tonto, era incluso más divertido, el sonrojo en sus orejas por la vergüenza de ser capturado. Eran dos niños.

Wei Ying se recargo contra el árbol y espero hasta que Lan Zhan recogió una hoja de su cabello, el toque suave y cálido, si Wei Ying tuviera la piel mas fina, la sangre hubiese llegado a toda su cara, se sentía extraño cuando Lan Zhan se acercaba así, mirándolo a los ojos, sin palabras, solo ellos dos lejos de todos, sonrieran inocentes, al menos Wei Ying sonreía.

― Ayer no viniste – las citas no programadas se repetían cada noche, pero a veces Wei Ying se enfadaba tanto que no iba y luego daba vueltas en la cama lamentándose

― ¿esperaste mucho?

― ¿con quien estabas?

― Con mis amigos, son mas divertidos y tu eres aburrido. No te soporto. Cuando estoy castigado no dices nada, cuando caminamos no dices nada, y cuando me persigues. ¡No dices nada!

― Con quien estabas

― Ya te dije

― Ellos cenaron, tu no estabas

― No dije que estuviese con ellos, tengo amigos en el pueblo, baje a jugar

― Un hombre o una mujer

― Tendrías que salir para saberlo

Eran dos niños Wei Ying mintió porque estuvo enfurruñado limpiando su espada y Lan Zhan no hizo la pregunta verdadera, sus celos crecían y su capacidad de expresarse correctamente empeoraba.

Lan Zhan saco unas galletas que había comprado en secreto y se las entrego como una ofrenda de paz, espero a que Wei Ying las aceptara, tardo tanto como los latidos se iban acelerando y cuando comenzó a comerlas su corazón dejo de latir frenético, no sabía porque pero le da mucho miedo cuando Wei Ying se molestaba. Dolía.

― ¿Vendrás esta noche?

― No quiero

― Por favor

― Donde lo compraste, están muy ricas

― ¿Quieres que te compre más?

Wei Ying levanto una galleta y trato de dársela de comer, solo era cuestión de abrir la boca y la pequeña galleta dejaría las manos de uno y entraría en la boca de otro. Lan Zhan no la acepto.

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Hubo alivio cuando se comunicó que ya conocían los motivos y movimientos de esa Dama de la Luna que por tres años había cortado y matado a tantos cultivadores. Ahora se conocía el patrón de sus movimientos, los culpables estarían mas atentos y los inocentes tranquilos.

― Deberíamos tomar acciones lo antes posible – coreaban los lideres de diferentes clanes, Jian GuangYao se preguntaba en silencio que tan tontos eran estos hombres.