Rostros que odian, rostros que mienten. 2

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Rostros que odian, rostros que mienten. 2


Fue el silencio lo que se extendió, nadie quería decir nada, incluso los más habladores escogieron quedarse callados. Los cultivadores, los monjes, los puestos en el mercado, los borrachos en las cantinas. Todos querían quedarse en silencio.

Que nadie los señalara y dijera: Es él.

Todos querían olvidar que alguna vez dijeron algo. Mejor si nadie decía nada más.

Entrar en el Túmulo Funerario es en sí misma una proeza ingrata, de diez solo saldrán dos o tres, cada grupo de rapiñadores lo ha sabido por trece años, incluso si el Túmulo parecía dormido, su tierra está muerta, sus bestias se esconden entre la maleza, el miasma ataca. Pero ahora, de pronto y sin aviso, sin que nadie lo hubiera creído posible, tal vez porque era fácil creer que nunca más despertaría, pero no ahora.

El Túmulo Funerario ha despertado. Esta vez no ha salido ninguno de los rapiñadores, esta vez si uno se acerca escucha los rugidos, no se ve nada, parece que la neblina lo esconde todo, incluso volar por encima es difícil. El Túmulo Funerario está vivo otra vez.

El cuerpo del Patriarca de Yilin, fue cortado en cuatrocientos trozos, lo que no quemaron los perros se lo comieron, todos saben eso. Quien le mato, fue el Envenenador. Pero cada hombre que dijo haberlo visto, cada hombre que dijo haber robado un hueso, cada ladrón que juro tener el anillo de sangre de su mujer, cada persona que se burló de aquellas muertes, ahora guarda silencio. Ahora que nadie sabe dónde está El Patriarca del Cultivo Demoniaco, aunque todos saben que ha vuelto.

Podría estar en Yilin, podría estar en Yunmeng, podría haber cruzado hacia Gusu o podría estar reclutando por el camino sin dar aviso.

― ¿Tu dijiste que robaste una falange?

― ¡Yo nunca dije eso!

Silencio.

― ¿No era tu hermana menor una de sus amantes?

― Claro que no, mi hermana era virgen cuando se caso

Silencio

― ¿No estabas ahí cuando violaron a su mujer?

― ¡Claro que no, jamás he violado a nadie!

Miedo.

La gente que disfruta de hablar, ahora se queda callada, la gente que se pavoneo con mentiras reza por no tener que explicarlas, la gente que dijo alguna verdad siente sudores fríos en la espalda, caminan sintiendo que alguien los vigila.

Entonces sucede, un grupo de guardias escucha un tintineo, son cadenas que se golpean entre ellas, el más joven se arrincona contra la pared, silencio, nadie se mueve, los mayores llevan sus manos a sus espadas, de nuevo, las cadenas chocan y la puerta revienta.

El más joven comienza a rezar, tiene apenas veinte años, cierra los ojos con fuerza, se encomienda por misericordia, luego todo es silencio, no se atreve a abrir los ojos, y tarda mucho en poder ponerse en pie, cuando observa comienza a gritar, todo es carne desgarrada y sangre salpicada, horroroso, demasiado horroroso, nunca ha visto algo como esto, pero sabe quién lo ha hecho.

El General Fantasma.

*

*

*

Cuando le quitan las vendas, al principio La Dama tiene miedo de abrir los ojos, le da terror que todo siga negro y que todo el dolor atravesado, sea solo eso, otra carga.

LAGRIMAS DE LUNAWhere stories live. Discover now