Enfoqué los ojos en el rostro colorado de animación de Alba y sentí mi corazón apretarse, mientras una tierna sonrisa se instalaba en mis labios.

-Yo ni te dije nada, no? -acaricié su rostro, delicadamente, con la voz más suave y las palabras más pausadas.

-No hay problema. -alzó los hombros, sonriendo.

-Claro que lo hay. Solo mira todo lo que hiciste hoy... ¿cómo puedes siempre mantener esta calma? -ella cerró los ojos por unos segundos, sintiendo mi caricia en sus mejillas -¿Tienes noción de todas las alegrías que has traído a mi vida? Dios mío, yo estaba destinada a ser un nada hasta que apareciste. Y mírame, míranos, hoy. Me diste más de lo que nunca esperé ganar... Estás a punto de darme una familia. -ella mordió los labios, controlando las lagrimas -Tú me entendiste cuando ni yo misma lo hacía. Y, cielos... -reí, emocionada -Vas a hacer todo esto por mí. -sonreí, con un brillo en los ojos -Y, sin embargo, a pesar de que todas las atenciones tengan y deban ser para ti, tú renunciaste a esto para darme una enorme sorpresa. -sujeté su rostro entre las manos -¿Estás consciente de cuánto te amo? ¿De lo feliz que me haces? -sequé la lagrima que recorría su rostro -Felicidades, mamá. -murmuré, antes de sellar sus labios una...dos...tres...varias veces.

-Yo también te amo, mi amor. Mucho, Mucho. Mucho. -resopló, sonriendo y pasando las manos por el rostro, para calmarse -Bueno... tengo tantas cosas que contarte. -rió, nerviosa -Pero ahora me desestabilizaste... -reímos.

-¿Quién necesita calmarse ahora? -bromeé, pero mal conseguí controlar la sonrisa.

De buena manera acepté la propuesta de Alba de prepararnos un té antes de seguir con la conversación. Cielos, ni cuenta me había dado que estaba hambrienta, aunque sea por una galleta. Alba se rió cuando decidí colocar el bote de galletas debajo del brazo y llevarlo conmigo a la sala, mientras ella cargaba nuestras tazas.

-Ahora dime, ¿cuándo comenzaste con esas consultas?

-Hace un poco más de una semana... -sonrió, viendo el humo que salía de su taza -Fue difícil ocultártelo. Ocultármelo. Estaba tan radiante que pensé que lo descubrirías... Intenté contenerme, aprisionar todo lo que sentía. -suspiró, bajando la mirada -No quise contarle a nadie lo que estaba planeando, no encontré justo que no lo supieras después de mí.

-¿Pero por qué simplemente no me lo dijiste? ¿Por qué no te me acercaste y me dijiste que planeáramos una inseminación? -fruncí el ceño.

-¿Y cuál era la gracia de todo eso? -arrugó la nariz, haciéndome reír.

-¿Y falta mucho para comenzar todo?

-La verdad, no... -sonrió dulce -Tú irás al hospital mañana a practicarte algunos exámenes y el médico dice que el procedimiento no va a demorar.

-¿Tal vez menos de una semana?

-Puede ser. Él dijo que intentará todo lo más rápido posible, porque tiene un viaje en unos días. -ella bebió de su té, soplando un poco antes de llevar la taza a los labios -Bien, ¿y qué te pareció la búsqueda del tesoro?

-Me preguntó cómo lograste dejar las pistas dispersas por la ciudad sin que volaran o alguien las tomara.

-Ah! Que poco observadora... -negó con la cabeza, riendo. -En todos los lugares había alguien cuidándolas. Bien, tal vez pareció algo infantil, pero era por una buena causa. ¿Sabes por qué lo hice?

-¿Hiciste qué?

-La búsqueda del tesoro. -negué -Quise hacerte recordar nuestra historia... por mis ojos. Ya que tú hiciste eso conmigo con tu libro. Y bueno... yo no sé escribir como tú. -se encogió de hombros -Así que tuve que improvisar -Yo la miraba, completamente encantada y hundida en sus palabras -Aunque no pareciera, mi objetivo no era cansarte, haciéndote recorrer todo Miami... -reímos -...solo quise hacerte rescatar algunos momentos, poner en práctica tu memoria.

The Exchange (ALBALIA)On viuen les histories. Descobreix ara