Capítulo 12 "El deber del valiente"

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"No sé dónde esta sensación de extrañarte sigue brotando de una sensación dolorosa que no se puede explicar por palabras"

(N/A, notas de la autora)

-dialogo-

"pensamientos"

"recuerdos (dialogo)"

Narración

Mansión Legan 10:00 p.m.

Desde que regreso a su casa, le era difícil distinguir si era de día o de noche, al principio le pareció desesperante, como si hubiera entrado a un remolino y la corriente fuera mucho más fuerte que ella, trato de pelear, luchar contra ello, pero no había manera, ya en los recientes días la resignación había llegado a pesar de que la rabia persistía, la fuerza con la que se caracterizaba se había desvanecido. Recordó en los primeros días cuando se restableció de la inyección que recibió en el hospital, tiro el mantel y todo lo que estaba encima del comedor cuando insistió en que lo intentaría una vez más y que esta vez lo haría mejor, pero su madre solo la miro fríamente cuando la debilidad invadió su cuerpo. La comida que había ingerido tenía la sustancia y la dosis adecuada para dejarla sin fuerzas y dormirla nuevamente.

Todos los días hasta ahora, la dieta consistía en carne magra, verduras y esa sustancia que difícilmente podía percibir en el agua o en el jugo de naranja que tomaba cuando veían que se restablecía. Ante la sed, era difícil resistirse a cualquier líquido, y si se negaba, seguramente lo pondrían en la comida, y aunque se negara a ingerir un alimento, una inyección bien podía realizar ese trabajo.

Anthony realmente la estaba orillando a terminar el juego, y tenía todo el poder de los Ardley para despojarla de todas las comodidades si él quisiera, después de todo, no creía que ni siquiera el Tio Abuelo se lo impidiera. ¡Ese anciano!, seguramente cuando muera, Anthony se convertirá en el líder definitivo y ella no estaría allí, a su lado para gozar de ese poder, probablemente sería la huérfana del hogar de Pony quien sería la nueva matriarca de los Ardley. ¿Y qué podía hacer ella?, simplemente sentarse junto al balcón ver la vida pasar hasta que ella se rindiera o algún otro suceso cambiara su actual posición. ¿No podrían mantenerla siempre de esta manera, o si?

-Anthony es el único capaz de superar al hijo de un duque-dijo sin poder evitar compararlos una y mil veces, su conclusión era esa, y pensando que su verdad era absoluta, para Candy también lo seria y ella nuevamente cedería ante la presencia del rubio a pesar de haber sembrado la incertidumbre de que ella nunca olvidaría a Terry Grandchester-Seria una idiota si no lo hiciera-atrás habían quedado los días cuando su cabello estaba perfectamente ensortijado, solo estaba suelto en unas ondas disparejas y enfundada en una bata que estaba cerca de ser relevada por otra después de varios días de uso.

La puerta de su habitación se abrió sin preguntar por su autorización, a lo cual ella se levantó de su lugar para ver que varias de sus mucamas entraban y comenzaban a invadir sus pertenencias. Tomo las suficientes fuerzas para poder reprochar tal comportamiento pero al ver a su madre con el rostro pálido y la mirada que reflejaba el pánico, sabía que algo anda mal.

-¿Que pasa madre?-cuestiono, presentía que algo grave había sucedido al ver como sacaban las maletas y estas se llenaban con sus costosos y finos vestidos.

-Nos vamos de Chicago, a nuestra propiedad en Florida-comento en una mezcla de impotencia y rabia, mientras que sus manos no dejaban de temblar.

-Pero, no entiendo, me mantuviste sedada en todo este tiempo, es obvio que yo no hice nada, entonces, ¿porque?-no pudo evitar recordar la última vez que había visto Anthony, sus ojos, eran como el hielo, aquello fue mil veces peor que haber sido escupida por el hijo del duque.

All For You [Una Historia de Candy Candy]Where stories live. Discover now