Capitulo 50

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#MATTHEW

Estaba pasando por la resaca más asquerosa y deprimente de mi vida. Me había borrado tomando como nunca antes y olvidé por completo el entrenamiento de boxeo.

Mire la hora saltando que eran las 3 de la madrugada. Me paré exaltado y apenas limpiándome la cara, me vestí rápidamente con la misma ropa del día anterior bajando a carrera para tomar las llaves del auto que tenía en aquella cabaña para volver a la ciudad.

Gracias al cielo Jim no apareció deteniéndome y agarrando un par de cosas esenciales me adentré en la oscura carretera.

***

—¿Te atropelló un camión?—Tom exclamó con su estupido sarcasmo, que para el cual no tenía tiempo actualmente, al verme entrar en el gimnasio donde el estaba entrenando a boxeadores principiantes.

—No, vine a entrenar.—respondí fríamente y me señaló un saco vacío.

—Chicos, el es Re Ferrare.—me presentó a sus alumnos y solté una sonrisa sarcástica de un auténtico gilipollas para ponerme las vendas en las manos.

—¿Re Ferrare?—preguntó uno de los chicos a lo que asentí sin verlo y me saco la polera quedando en pantalones cortos.

—¿Alguien se atreve a enfrentarse a el?—Tom preguntó riendo a carcajadas mientras pegué el primer golpe en seco al saco, sintiendo como la adrenalina me recorría haciendo que todos quedaran boquiabiertos al verme.—Eso pense.

Los demás boxeadores se habían acobardado completamente al ver dar un golpe pero antes de que continuara una voz me interrumpió.

—Yo me atrevo.—volteé sorprendido ante aquella persona que se atrevía a desafiarme viendo a la morenaza de 1.70, Abby...

—No te me acerques.—respondí recordando la expresión de Bi al saber lo que había pasado entre nosotros, más que se apareció en mi penthouse.

—Yo vengo a luchar, no a hacer más cosas Re.-respondió igual de borde que siempre a lo que me acercque peligrosamente pero no movió ni un pelo.

—Un round. Y te vas.

Aceptó y se puso los guantes mientras seguía golpeando el saco como si fuera yo mismo. No iría a pegarle pero sería distractorio ver como intenta vencerme.

Nos subimos al ring y los niñatos de por ahí se acercaron seguramente a ver el culazo que tenía Abby o a ver si le iría a pegar o no.

—No seas gentil.—Tom me advirtió y Abby le pegó en el brazo riendo.

Sonó la campana y empezamos a dar pequeños saltos para calentar en cuanto Abby me lanzó un golpe directo a la cara pero lo esquivé exitosamente.

Con el bucal puesto le lancé una sonrisa pero su expresión no cambió más que a concentración con sus ojos café oscuros pegados en que golpe dar.

—Veo que tus encantos no se han ido.—respondió con ira en sus ojos y negué con la cabeza para después hacerle una zancadilla con la cual cayó al suelo de golpe y todos los de ahí gritaron y le aplauden a Abby para que se levantara.

—respondió con ira en sus ojos y negué con la cabeza para después hacerle una zancadilla con la cual cayó al suelo de golpe y todos los de ahí gritaron y le aplauden a Abby para que se levantara

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—No te voy a golpear.—exclamé como puedo, golpeando mis puños con los guantes esponjosos.

Se levantó de donde estaba y con un golpe en seco en el estómago incluido, dejándome sin aire pero le pegué inconscientemente en la costilla haciendo que cayera al suelo nuevamente.

—¡No! Yo no quise.—aullé acercándome ya que se estaba revolcando de dolor pero en cuanto me acerqué me agarró el cuello con sus piernas y me empezó a hacer una llave.

—¿Te crees mejor no?—respondió mientras apretaba más pero me levanté con ella colgando y su mirada se confundió.

—No me subestimes.—le respondí a penas en cuanto le pegué en la rodilla y cayó derrotada al suelo.—Esto es box niña, no lucha libre.

—Tenia que hacerlo, perdón.—respondió tirada en el suelo y me saqué el guante para darle mi mano, cuando se levantó.

Todos los gilipollas de ahí empezaron a reír y aplaudir en cuanto se levantó y sorprendentemente me reí a pesar de la mierda que llevaba dentro de mi. Me la había pasado bien con ella o bueno en esta lucha.

-¿Así que compites en unos días?—pregunto en cuanto nos sacamos los bucales y salimos del ring.

—Asi es.—musité sacándome el sudor de la frente con el torso de mi mano. Me había costado vencerle ya que no quería lanzarle puños, por lo que esquivar se había vuelto mi estrategia.

—Suerte, campeon.—respondió tocándome el hombro con un tono sarcástico.

—No la necesito.

—Todo un galán.

—Exacto.

Me puse mi camiseta ya que se nos había ido la mitad de la tarde en el gimnasio pero Abby me siguió como sanguijuela.

—¿Que quieres que llame a tu mami para que te venga a buscar?—respondi un poco más molesto debido a que me había acompañado hasta el estacionamiento.

—No... yo quería pedirte perdón. Por lo que paso en tu penthouse y tú novia.—metió el dedo en la herida directamente pero no la culpaba. Ella no sabía todos nuestros problemas.

—No es mi novia.—joder que duele decirlo.—Y está bien. Ya fue.

—Genial... ¿nos vemos en la gala de Calvin Klein?

«¿Que?»

—Pues cuando Bianca Russo se fue, me dieron el puesto de modelo deportista... y citaron a todos las caras de la campaña a una gala.

—Ah.

—¿No sabias? Pues... te aviso ahora. Te llegara la invitación en breve.

—Si esta bien.

—Adios.—Se despidió mientras quedé confundido y saqué mi móvil abriendo el correo donde efectivamente estaba la invitación. Y Bianca también debía estar invitada.

***

—Un gusto tenerlo de vuelta señor.—«joder...»

Jim me estaba esperando en el penthouse como siempre, casi como un puto papá, ni sabía cómo se había vuelto tan rápidamente pero solo reaccioné lanzándole el bolso de entrenamiento.

—Tiene correspondencia.—Jim me pasó unas cartas y papeles en la mano y los ojeé hasta encontrar las supuestas invitaciones de la gala.

—Jim me pasó unas cartas y papeles en la mano y los ojeé hasta encontrar las supuestas invitaciones de la gala

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Habían dos con mi nombre en una y el de Bi en otra. Eran estúpidamente decoradas con detalles y todo bien femenino y perfectamente organizado.

«A Bibi le encantará...»

Pensé pero me arrepentí al instante, tenía que empezar a sacarme aquellos pensamientos absurdos de una vez de mi cabeza pero no podía.

Agarré una chaqueta y me fui corriendo antes de que Jim me parara.

CORREGIDO

Por favor cae a mis pies ... © (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora