Muchos de los extraños que estaban antes en el lugar se habían marchado al reconocer a su tripulación, pero otros optaron por quedarse, quizá por mera curiosidad o con la esperanza de obtener algún beneficio.

Los camaradas del Dragón del Océano disfrutaban. La única noche en tierra firme luego de un viaje era siempre su momento preferido de la aventura. Todos ellos amaban la vida pirata, pero cuando sus pies se posaban sobre las islas, algo en su interior se iluminaba. No tenían que preocuparse por el clima o por las provisiones. Podían asearse si así lo deseaban o tomar una siesta cómoda en algún rincón. Muchos aprovechaban para descargar su soledad en las prostitutas de cada puerto o, muy por el contrario, para huir de la tripulación y disfrutar de un momento de privacidad sin nadie a su alrededor. Podían ser ellos mismos sin ser juzgados, bajar sus defensas y olvidar las obligaciones.

Ya para las tres de la madrugada, Makara tomó la iniciativa en su misión personal. Hizo señas al dueño de la taberna y bajó la voz. Esperaba que nadie prestara atención a sus palabras.

—Necesito hablar con el loco de la barba partida —repitió la nomenclatura que su viejo colega le había mencionado—. No he venido por sus deudas y solo deseo conversar con él. Creo que posee la información que necesito y estoy dispuesto a pagar un alto precio por ella. Claro está, también recompensaré tu servicio si me llevas a él.

Sorprendido, el hombre alzó las cejas y dejó a un lado la jarra que limpiaba.

—Sígame, capitán —respondió, temeroso. No se atrevía a contradecir a Makara—. Será un honor.

Abandonaron la taberna por una puerta lateral y rodearon el establecimiento casi en penumbra. Contra las paredes más oscuras danzaban parejas sin nombre, sombras desnudas y ruidosas que disfrutaban del cobijo de la noche. Se oía a lo lejos que un hombre vomitaba y que dos cuchillos chocaban sus filos en algún sitio que no se llegaba a ver desde donde ellos se encontraban.

En la parte trasera del bar, entre basura apestosa y muebles rotos, una trampilla conducía al sótano, al espacio en el que se almacenaban los barriles y las provisiones. El cantinero y el pirata descendieron por las viejas escaleras que rechinaban a cada paso; solo la luz de la luna marcaba el camino.

Bajo tierra, la oscuridad era vencida apenas por las diminutas ventanas que asomaban al ras del suelo, por ellas se colaban restos de luna y de luces de otros establecimientos. No era usual que alguien bajara al sótano en medio de la noche.

—Allí —señaló el cantinero con un dedo tembloroso—. Detrás de los barriles, sentado en el suelo húmedo encontrará al que busca. Lo dejo a solas, capitán. Volveré por usted en una hora. Creo que será tiempo suficiente.

—Tome —Makara le extendió tres monedas más a su escolta. No iba a agradecerle, eso no sería correcto para un pirata como él, pero más allá de su temeraria reputación, era un hombre justo que pagaba por los favores que pedía.

El hombre asintió sin decir más nada y se marchó.

Cuando estuvo solo, el capitán aguardó a que sus ojos se acostumbraran a la penumbra antes de avanzar.

—¿Quién es-está ahí? —preguntó una voz rasposa y seca.

—Un desconocido. Un aventurero que sueña con conquistar el océano —explicó él.

—¿Qué qui-quiere conmigo?

Makara siguió el sonido hasta hallar al hombre. Le era imposible determinar su edad, su silueta era tan delgada como la de un esqueleto y temblaba, tal vez por frío o quizá por miedo. Un corte profundo y ya cicatrizado recorría su rostro desde el labio inferior y hasta la barbilla, partiendo su barba al medio, como el apodo indicaba.

—Información, nada más. Busco una ruta para alcanzar Ak-Zuvar sin que mi barco sea destruido por las corrientes. Me han dicho que tú has ido al infierno y regresado con vida, me interesa oír al respecto —espetó Makara mientras apoyaba su espalda contra una pila de barriles.

—No vale la pe-pena la aventura.

—Eso lo decidiré yo. Ahora, habla. Es una orden. —El capitán desenfundó su pistola y apuntó al extraño para obligarlo a relatar la historia.

Si la información era útil y lo satisfacía, consideraría llevarse al loco consigo en la Acantha o, tal vez, matarlo allí mismo antes de que pudiera brindarle los mismos datos a otro pirata. Eso ya lo decidiría luego.


Sí, sí, ya sabemos que los capítulos de Makara son, a veces, más breves que los de Ivar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sí, sí, ya sabemos que los capítulos de Makara son, a veces, más breves que los de Ivar. Eso es culpa de @uutopicaa que prefiere escribir cosas breves, pueden ir a quejarse con ella jajaja (que ha prometido darnos un "especial para compensar" muy pronto.

Por cierto, ¿saben qué es el grog? Durante algún tiempo el grog fuela bebida más común en altamar y entre criminales, en especial entre británicos. El grog es una mezcla de licor (generalmente whisky) con agua, limón y azúcar. Se rebajaba el whisky con estos añadidos para que costara menos, para que causara menor ebriedad y para que durara más tiempo en los barriles.

Hay varias historias sobre su origen, la más común es la que dice que fue un invento del almirante Edward Vernon (de la marina británica), al que llamaban Old Grog porque siempre usaba una chaqueta muy vieja. Dicen que él hacía esta mezcla para que sus hombres nunca estuvieran demasiado ebrios, y que por eso los marineros bajo sumando comenzarón a llamar a la bebida "Grog's" (hecha por Grog o que le pertenece a Grog). Si esto es cierto o no es algo que no se puede confirmar.

uutopicaa ha intentado prepararla en su casa a ver a qué sabía, y la verdad es que no se la recomienda a nadie jajaja, salvo que les gusten los tragos muy ácidos.

¿Cómo se hace?

**NO PROBAR SI SON MENORES DE EDAD**

El grog es una bebida de 10 partes. Necesitan:

-5 partes de licor (ron o whisky. El ron era más común en el Caribe y el whisky era más común entre marineros de Europa, ustedes pueden elegir el tipo de licor que prefieran o que tengan a mano).

-2 partes de jugo de limón.

-3 partes de agua casi hirviendo (muy caliente, pero sin hervir).

-Azúcar a gusto (Nath recomienda unas 3 cucharadas grandes).

Se mezcla primero el licor con el jugo, luego se añade el agua caliente y el azúcar poco a poco (para que se disuelva). Y se agita/revuelve hasta que todo esté bien mezclado. ¡Listo! Así de fácil.

El grog se bebe tibio o a temperatura ambiente. Si lo preparan o lo prueban, ¡nos cuentan luego su experiencia pirata!

Cementerio de tormentas e ilusionesWhere stories live. Discover now