۝ 𝐁𝐄𝐋𝐈𝐄𝐕𝐄𝐑 ヾ ¹۝ [𝐍𝐍𝐓 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧]

Enfrentamiento

Su dedo golpeteaba la mesa mientras comía con tranquilidad. No recibía ninguna señal de vida de los mandamientos que fueron a Lyoness. Queria confiar en plenitud en ellos. No sabía cuándo Meliodas iba a despertar. Y ese humano del cual Melascula hablo, parecía tener algo que a Reiko le parecía muy familiar.

La mandamiento de la fe miraba a su amiga mientras bebía té. La incertidumbre en sus ojos era más que evidente.

Pero también estaba molesta.

—¿Cuánto tardan en conquista una estúpida villa humana?— gruñe con molestia.

— Deberías estar tranquila, Rei— pide Melascula—. Estarossa tiene la ventaja sobre ese humano...

Rei rodó los ojos. Abre los ojos.

—Una buena cantidad de poder mágico está arrasando con la presencia de Zeldris y Estarossa— se levanta. Melascula entiende y la azabache desaparece.

Aterriza de golpe viendo pasar un sol. Levanta la ceja. Ese poder pertenecía a Mael.

El sentimiento de nostalgia la invade por completo.

Levanta a Pandora antes de atraer ese gran poder mágico hacia el. Los cuerpos de Zeldris y Estarossa cayeron sin aviso. La azabache sostuvo al mandamiento de la piedad.

Evitando con su oscuridad la caída de Estarossa.

—Hmp... R-rei...

—Descansa, dulce demonio— acaricia su cabello—. Cuídare de ti, Zel, no he preocupes.

Vuelven aparecer en el castillo de Camelot. Llega hasta la habitación del príncipe menor dejándolo en la cama. Viajo hasta otra habitación para invocar una cápsula para regenerar. No podía creer que el mandamiento que derrotó a Mael, fuera derrotado por un poder similar al del antiguo arcángel.

Lo introdujo con cuidado. Apretó los puños.

Sacudió sus vestimentas colocando su poder para asegurar la recuperación del segundo príncipe. Estaba molesta. Llena de irá.

Respiró hondo, solo faltaban Grayroad, Fraudrin, Derieri y Monspeet. Debía esperar hasta que estos volvieran al castillo.

Pero tenía un gran presagia de la derrota de sus guerrero en la conquista de ese pueblucho humano.

(...)

Los aplausos aparecieron en el campo de batalla. Todas las miradas se enfocaron en un sola persona. Una azabache de hermosos ojos rubí. Con la elegancia que le caracterizaba, el vestido la hacía ver tan inocente. Meliodas levantó la mirada con cierta ilusión.

—Fraudrin termino hecho polvo— la demonio se acerca al cuerpo, bueno los restos de este para hacer una eliminación completa del demonio—. Me preguntaba cuándo volverías— observa detenidamente al rubio.