۝ 𝐁𝐄𝐋𝐈𝐄𝐕𝐄𝐑 ヾ ¹۝ [𝐍𝐍𝐓 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧]

Prometidos

La raza de las dioses destruía una aldea. Un
par de demonios heridos, exactamente dos niños. Que habían tenido la mala suerte de salir del reino demoníaco y visitar el mundo humano. Justo ahora los pequeños se habían entregado para evitar que los aldeanos siguieran muriendo. Pero estos querían protegerlos. Una diosa levantó su arma en contra de ellos. A nada de matarlo cuando su cuerpo termino en el suelo.

—Las diosas siguen siendo tan despreciables como las recuerdo— hablo con frialdad tomando a los niños y llevándolos con los aldeanos—. Cubo perfecto.

La gente se vio protegida por un cubo.

—E-es ella...

—Reiko... La general— ríe uno de ellos preparando su arma—. No se ve tan temible como en las historias...

—No te confíes, Kai... Ella hirió de gravedad a Sariel--sama...

—¡En ese caso es nuestro deber vengar a Sariel--sama!

Reiko levanta sus dedos índice y anular juntos.

—Cancelación mágica— dijo. Las espadas antes bañadas de magia, siendo un símbolo de luz terminaron inservibles con ese simpleza hechizo—. Como verán...— sus apariencia cambia mostrando su lado demoníaco—. Están desprotegidos ante mi...

—¿P-pero co-cómo?

—Simple... Soy la única persona que puede anular mi magia...— chasquea la lengua—. ¿Es que me han olvidado?— ladea la cabeza—. Es una pena— mueve las manos—. Yo jamás las olvidaré...

—¡Ark!

Reiko se teletransportó lejos del ataque de Kai. El maldijo. Recibió un codazo en el rostro provocando su caída inmediata. Las otras diosas se unieron para crear un Ark capaz de acabar con la demonio.

Ella las mira con desdén. Mueve las manos nuevamente. Y en un santiamén, unas cadenas las rodearon.

—Creo que esto las hará recordar— chasquea los dedos. Volviendo a ser una niña pequeña. Aquella ingenua que sirvió a las diosas. Vio el terror en sus ojos. Comenzando a suplicar por sus vidas.

—¡Por favor, perdonamos!

—¡No quisimos lastimarte!

—¡Eran las órdenes de Ludociel--sama!

Reiko harta de las suplicas, gira la muñeca con sutileza. El cuerpo de todas las diosas explota.

—¡Lluvia roja de sangre!— levanta las manos recibiendo el baño de esta cayendo.

Sonríe cruelmente antes de volver a su forma actual. Aspira el aroma metálico con satisfacción antes de liberar a las personas del cubo perfecto. Choca dos veces la planta de su pie contra el suelo restableciendo la prosperidad de la aldea. Los humanos podían ser débiles y a su vista unos estúpidos sin remedio, pero habían protegido a dos de los suyos. Era algo que debía agradecer.