Luz // Trueno // #2da parte de "Impredecible"

°35°

—Liz—hablo cuando por fin encuentro mi voz, la veo pestañar y sus ojos miel vuelven a conectarse con los míos haciendo que lo de alrededor desaparezca.

—emm hola—habla nerviosa.

—eh—las palabras no me salen.

—hija vení bajate—habla Lara, me agachó y bajo a Maite de mis hombros—bueno nosotras nos vamos—habla Lara sonríendo—bebé saluda—le dice a la nena

—chau chini, me voy con el mar acá—habla Maite y me hace sonreír.

—chau enana, cuídalo eeh—me agachó a saludarla—nos vemos Lari—saludo a Lara con un beso en la mejilla.

—tranquilo—me susurra en el oído—chau hasta luego—le dice a Liz que mira sin entender nada y ahí me doy cuenta que no la reconoce.

—no hace falta que se vayan—dice Liz y la miró frunciendo el ceño.

—ya nos íbamos igual—contesta Lara sonríendo—nos vemos Teo cuídate—alza a Maite que me saluda con la mano al igual que a Liz, ella le corresponde el saludo sonríendo y Lara se aleja.

—hola—digo acercándome para darle un beso en la mejilla, cierro los ojos sintiendo su perfume.

—hola, perdón que vine sin avisar, te tendría que haber avisado—habla bastante nerviosa.

—no pasa nada, tranqui, hace mucho estás acá?—pregunto

—no, unos 15 minutos creo, no sé—me muerdo el labio viendo lo colorada que está y sus pecas resaltan haciéndola más hermosa de lo que ya es.

—me siento muy feliz de verte parada, caminando, no tenía idea que ya lo habías logrado, posta que me pone muy contento—hablo sonríendo, en sí la sonrisa no se me va con nada.

—gracias—dice agachando la cabeza.

—queres pasar? Pasó algo o..—me interrumpe

—si, pasó algo que necesito hablarlo con vos, si podés sino no pasa nada—me sorprendé la verdad

—si puedo, vení vamos adentró—le hago seña para que pase primera.

Caminamos por el pasillo hasta llegar a la puerta, abro e ingresa ella, cierro y caminamos hasta la puerta de mi pieza, pasamos y prendo las luces.

—sentante donde quieras, querés tomar algo?—pregunto mientras vacío los bolsillos en el escritorio.

—agua está bien, hace calor—dice ventilandose con la mano.

—dale ahí voy a buscar—agarro el control del aire y lo prendo.

Ella se sienta en la silla de escritorio, salgo y voy a la cocina de mi viejo, siento todo mi cuerpo temblar.

Todavía no puedo creer que esté acá, hace fácil tres meses que no la veo y no estaba preparado para este encuentro casual y de la nada.

Sinceramente siento miedo, miedo a otra vez volver a caer cuando ya me estaba levantando, pero tampoco quiero hablar sin saber el por qué de su visitá.

Vuelvo a entrar con el agua bien fría para los dos, la rodeó y me siento en el sillón que está al lado del escritorio así quedó enfrente de ella.

—la última vez que vine dijiste que ibas a ordenar—dice sonríendo y mirando el desastre que es mi pieza, Liz siendo Liz, pienso.

—nunca te vas a sacar la costumbre de retarme por lo mismo?—pregunto riéndome—sinceramente no estoy nunca acá, solo duermo—levantó los hombros.