Luz // Trueno // #2da parte de "Impredecible"

°11°

Bajamos del auto y empezó a empujar la silla hasta llegar a la esquina y doblar.

—donde vamos?—pregunté.

—no seas ansiosa, por acá no hay lugar para estacionar por eso lo tuve que dejar allá al auto, pero es acá a mitad de cuadra—contesta.

Miro el lugar y no es como la calle donde bajamos, esta es solitaria, no hay casi nadie ni restaurantes o bares como la otra calle.

Frena en un lugar que parece ser un bar restaurante o algo así, abre la puerta y me hace entrar.

Observó todo el lugar y ya me encanta, es todo rústico, con muy poca gente, es chico pero hermoso.

Vamos hasta una mesa donde saca una de las sillas para poder acomodarme a mí y él se sienta enfrenté mío.

—y te gusta?—pregunta sonríendo

—si es hermoso el lugar, se nota que me conoces por qué es un lugar donde vendría—contesto observando todo de nuevo

—es que venías acá—llevo la mirada a él— venías los martes y jueves a almorzar, primero lo hacías en Puerto Madero no sé si te acordás—asiento—bueno después tuviste que hacer un trabajo importante para la universidad que necesitabas usar la compu y te daba miedo usarla en la calle así que encontraste este lugar y empezaste a venir, después se convirtió en nuestro lugar de almuerzo, veníamos cada martes y jueves sin falta, te pasaba a buscar por la universidad, almorzabamos y después te acompañaba a tu trabajo—sonríe al contarme.

Me quedé en silencio procesando todo, ahora entendía aquel audio que escuche de nuestra conversación, se habían vuelto importantes los martes y jueves para nosotros, y tiene lógica si así nos conocimos o así lo conocí.

—vos me conociste en Puerto Madero?—pregunto

—si, te hablé por primera vez ahí también, me acuerdo que siempre estabas hablando sola—se ríe y siento vergüenza sinceramente—un día no se por que razón saltaste del banco acelerada y empezaste a guardar todo mientras hablabas sola, te estabas olvidando la cartuchera que se había caído abajo del banco y te dije eso, la cartuchera apuntando hacia ella, me diste las gracias y volví la mirada adelante sin decir nada, estaba nervioso y no entendía por qué—se rió.

—vos nervioso?—pregunto riéndome

—si pecosa, vos me ponías nervioso y eso era algo nuevo para mí—sonríe.

Un camarero nos interrumpe, pedimos una pizza, el con fernet y yo con agua saborizada, moría por tomar fernet pero no podía.

Comimos entre risas y charlas sobre los días que veníamos acá, teníamos muchas anécdotas juntos y me encantaría poder recordarlas.

—me acuerdo que siempre te retaba por qué no dejabas ni un segundo de estudiar, y vos te enojabas como una nena chiquita, pero terminabas haciéndome caso y aunque sea cuando comías no tocabas nada de la universidad, después si, mientras yo solamente te miraba—sonrió

—acá fue nuestra primera cita?—pregunto

—no, la primera vez que salimos fue a un bar de un amigo, era la inauguración, para ser sincero, no termino bien esa noche, te enojaste y te fuiste claramente yo me comporte como un idiota como me dijiste antes de irte, pero en mi defensa en ese momento todavía no tenía nada claro con todo lo que me hacías sentir, estaba negado a eso—niega

—pero que pasó?—pregunté frunciendo el ceño

—me dijiste muchas cosas, estabas enojada por qué yo te había dejado sola y no me había dado cuenta la verdad, pero me fui de boca cuando dije que no era una cita como vos pensabas, en ese momento esas cosas no iban conmigo y como dije estaba negado a todo lo que sentía por vos, en fin me comporte como un idiota y después me arrepentí—suspira y yo bajo la mirada a mis manos.