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Joohyun estaba bajando las escaleras para llegar al subsuelo, ya estaba en el tan esperado descanso. Además de que sabía que no podía lanzar todas sus interrogantes luego de ver la actitud poco usual de Joy, y también porque debía seguir en su puesto.

Al llegar al pequeño cuarto, la pelinegra abrió la puerta e ingresó en éste, encontrándose con la más alta sentada frente a una pequeña mesa dándole la espalda. Probablemente ya había empezado a almorzar antes, lo cual le extrañaba ya que siempre solía esperarla para ello.

Se apresuró para sentarse frente a ella, tomándola con una ligera sorpresa por parte de Joy. Parecía haber casi terminado de comer, por lo que Joohyun no tardó en preguntarle por ello:

—¿Tan rápido quieres volver al puesto? ¿Hay algo que no quieres contarme? —se sentía inepta por cuestionar lo que parecía evidente en esa situación. Joy mostró una pequeña mueca de arrepentimiento y fijó su mirada en su ya casi terminada comida.

Se tomó un par de minutos antes de contestar, mientras veía a la mayor sacar su almuerzo de uno de los estantes y volver a su lugar frente a ella.

—Pienso que tienes un par de preguntas para mí —admitió con sinceridad, Irene le regaló una mirada expectante mientras daba el primer mordisco de su almuerzo, esperando que la más alta prosiga—: Y antes de que siquiera empieces... Quiero decirte que aquí no es el lugar correcto para hablar de ello —confesó, dándole vistazos a las dos pequeñas cámaras que habían en las puntas del salón.

El jefe –alias, padre de Joy– era muy estricto y una persona preocupada con respecto a su restaurante. Necesitaba seguridad y la vigilancia estaba en el primer rango del lugar, observada por él mismo en constante tiempo. Por lo que a esto se refería la más alta al no querer mencionar palabra alguna por su comportamiento. No ahora por lo menos.

—Podemos hablarlo después del trabajo, tengo una hora libre antes de verme con Sungjae.

—Mm... ¿Es muy importante para ti? —esa pregunta inesperada chocó con la conformidad del momento.

—Lo dices por... ¿ver a Sungjae? —articuló con todavía duda y sorpresa. Era su novio, cómo no iba a ser importante para ella. Vio el gesto negativo y rápido en la cabeza de Irene al terminar de preguntar.

—No, claro que no. Me refería a tu comportamiento de hoy, no creí que fuera tan importante solo me tomó desprevenida y estaba curiosa... —dijo, siendo sincera la mayor— Pero al ver que lo sugieres de esa manera se siente como si fuera por algo un poco más serio de lo que pensé.

Joy se mostró pensativa ahora. Dio un vistazo a su almuerzo y prefirió empujarlo un poco lejos de su vista, dando a entender que su apetito se había ido por el momento. Parecía en duda de cómo continuar la conversación y esto solo lograba aumentar la curiosidad de Joohyun, sin embargo, si la más alta le confesaba que no tenía deseos de hablar de ello, por muy curiosa que estuviese, respetaría su decisión.

—Tal vez estoy siendo un poco exagerada —prefirió decir, soltando una risa nerviosa que provocó la atención de Irene—. Solo te diré que recordé algunos momentos del pasado y me han dejado ansiosa, no son momentos del todo malos solo que no me traen una buena vibra.

—Eso quiere decir que no me lo dirás —rió un poco Irene para evitar que la menor se sintiera presionada por ello, no era con esa intención.

—Bueno... no aquí. En realidad no quiero hablar de ello solo ha pasado hoy y puede que esté en alerta por algo que ya tiene años.

—Si sigues diciéndolo de esa manera no me quedará de otra más que aumentar mis preguntas internas.

Joy sonrió, esta vez más aliviada y palmeó el hombro de la pelinegra en modo reconfortante. Aunque la que necesitara el gesto fuera realmente ella.

—Lo siento, unnie —empezó—. Tal vez te lo pueda contar algún día pero no hoy.

—Oh, está bien, solo hazlo cuando te sientas cómoda de hacerlo.

Disfrutaron un poco más de su almuerzo, bueno, solo Irene mientras Joy prefirió revisar su teléfono en lo que les quedaba de tiempo libre antes de regresar a sus puestos.

—No he sabido mucho sobre Junmyeon oppa... —comentó repentinamente la menor de las dos, justo cuando Irene había terminado su almuerzo, la mayor levantó una ceja por el ligero asombro— ¿Tú y él están bien?

Irene se mostró neutra, Joy y ella recién cumplían cuatro años de amistad, le tenía confianza sí pero era algo natural en ella misma el no querer compartir ciertas cosas, en especial, sus problemas.

—Hemos estado mejor —confesaba con cierta pena. Joy la miraba atenta, sabía que por la tardanza de la mayor al responder las cosas no debían de estar de la mejor manera.

—¿Por qué? ¿Sientes que... ha llegado ese momento? —se atrevió a preguntar ese temido problema que siempre tuvo la pelinegra al iniciar una relación romántica.

Que ésta llegara a su fin.

—No estoy segura —soltó, nuevamente honesta—. Quiero creer que es solo un mal momento, no es la primera vez pero ya llevamos dos años y temo que nuestra relación se esté desgastando.

—Unnie, es totalmente comprensible. Me he sentido así muchas veces antes con Sungjae —dijo Joy, buscando el optimismo de la mayor que parecía totalmente apagado.

—Pero ya llevas cinco años con él —reconoció. La más alta mostró una sonrisa tímida, era cierto.

—Es una diferencia —afirmó de acuerdo—. Pero en los momentos donde sentía que nuestro amor se apagaba, recordaba por qué seguía allí... Las cosas mejoraban cuando volvíamos a los tiempos donde recién entendíamos la diferencia de nuestra química con la de los demás. Tal vez solo tengas que buscar o recordar qué es lo que te unía a Junmyeon, lo que le hizo diferenciarse de los demás.

Irene dejó que sus labios hicieran una línea recta, el consejo de Joy era bueno, pero había algo dentro suyo que la hacía dudar lo suficiente como para esperar algo bueno luego de intentar recordar lo que los unió. Prefirió no darle importancia por el momento ya que debía volver al puesto junto con la más alta.

Limpiaron la mesa y dejaron lo poco que habían descolocado en su lugar. Mientras subían las escaleras nuevamente, Joy iba por delante de la mayor por lo que Irene pudo llegar a ver la mirada de su amiga-compañera dándole un vistazo a todo el restaurante desde su posición, pero al detener su vista abruptamente hacia una mesa en particular. La pelinegra aún sin articular preguntas supo que lo que ponía ansiosa a su amiga venía de esa mesa. En especial de esas personas.

Podían ser las dos, o podía ser solo una de ellas lo que lograba la ansiedad de Joy.

Parecía extraño pero la señora no las había mirado, no como su acompañante, la castaña volteó como si hubiera sentido una mirada insistente sobre ella. Joy se sobresaltó ligeramente y con rapidez intentó desviar su mirada, volviendo a su puesto con fingida actitud de control. Por otro lado, la mirada de la castaña la había seguido durante todo el trayecto. Hasta que pareció cansarse y esta vez observó a Joohyun desde su asiento, a este punto hasta la señora que la acompañaba miraba la pequeña interacción, que esperaba fuera simple coincidencia.

La castaña –que gracias a aquella señora podía afirmar que se llamaba Seungwan–, le sonrió luego de que Joohyun terminara de subir los escalones y llegar al salón principal.

En un acto reflejo, la pelinegra correspondió la sonrisa sin siquiera pensarlo, estaba totalmente acostumbrada gracias a este trabajo. No obstante, cuando el intercambio de sonrisas concluyó su corazón empezó a hacerse notar, su ritmo había acelerado...

Prefirió ignorarlo con un único pensamiento en mente, según Irene, habían muchas probabilidades de que fuera la reacción de Joy ante su interacción lo que había logrado que su corazón se exaltara.
















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Por ahora los capítulos van a tomar una transición lenta, y posiblemente sean cortos al principio, tal vez a medida que avance con la historia pueda explayarme un poco más. Seamos un poco pacientes con esta nueva historia WenRene ❤

I can't hear u ; WenreneWhere stories live. Discover now