13 | Kiss me.

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| Bésame.

BeomGyu había vuelto a sonreír, ya no había llorado más y tocaba sus labios suavemente cerrando los ojos para recordar el contacto con los gruesos labios del mayor

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BeomGyu había vuelto a sonreír, ya no había llorado más y tocaba sus labios suavemente cerrando los ojos para recordar el contacto con los gruesos labios del mayor. YeonJun por otro lado, no había podido visitar a BeomGyu en un par de días por las visitas de los psicólogos y por el monitoreo de su comportamiento, sin embargo le hacía llegar cartas de su puño y letra al menor diciéndole que añoraba besarlo otra vez. Él recibía respuestas por parte de BeomGyu que le decía una y otra vez cuánto lo quería, cuánto deseaba que lo besara nuevamente.

— ¿Cómo te sientes hoy, YeonJun? —le preguntó su psicóloga al entrar a la habitación. El chico estaba escribiendo una de sus cartas para BeomGyu, pero en cuánto la escuchó cerró el cuaderno que su madre le había dado cuándo había entrado al hospital. Había sido una gran distracción y entretenimiento para YeonJun escribir pequeñas historias así como letras de canciones, cosas que le gustaría hacer, sitios que quería visitar.

— Estoy bien, gracias —respondió apretando aquella libreta en sus manos una vez que le había dado la cara a la mujer. Ella vio con curiosidad aquél objeto al que YeonJun se aferraba, más el cómo lo sostenía.

— ¿Qué tienes allí? —preguntó con tono amable, abriendo su libreta para hacer apuntes de las observaciones que veía en YeonJun, desde cómo se comportaba hasta la forma en que miraba, todo era vital cuando se trataba de un paciente con esquizofrenia.

— Es mi cuaderno —respondió con sencillez, ¿acaso no era obvio? si había algo que resaltaba en él era la poca paciencia que tenía, más aún cuando le hacían ese tipo de preguntas estúpidas que eran bastantes obvias.

— ¿Qué escribes allí? —preguntó acomodando un poco su cabello lacio hacia atrás. YeonJun suspiró mirando sus facciones finas, no era vieja, pero tampoco estaba en la flor de la juventud; bonita la catálogo él.

— Algunas cosas que quiero hacer cuando salga de aquí, también algunas partes de canciones que pasan por mi mente a media noche cuando no puedo dormir —explicó desviando la mirada hacia sus manos, YeonJun las miró con cierto desagrado. Eran delgadas y pálidas, todo él era demasiado delgado y pálido, pero a veces pensaba que era una ridiculez acomplejarse de su cuerpo. Él era así y muchas veces se sentía feliz, pero había otros momentos en que lo despreciaba, no podía entender su autoestima tan cambiante.

— ¿Te molesta si hecho un vistazo? —cuestionó alzando su mano, esperando que YeonJun cediera y lo entregara, pero él no tenía las mismas intenciones.

— Sí, sí me molestaría —respondió golpeándole suavemente la mano para alejarla. No quería que lo revisara alguien con quien no tenía confianza, aquél cuaderno contenía pensamientos íntimos así como cartas de y para BeomGyu. No dejaría que revisaran aquellas cosas, era su privacidad y quería mantenerlo así.

— YeonJun, necesito ver lo que escribes, sería más fácil que salgas de aquí —dijo ella parpadeando varias veces, un gesto fastidioso y desagradable según él. La expresión natural y seria del chico se tornó en una mueca de fastidio— YeonJun, soy tu psicóloga, así que debes dármelo.

My mind lies [◇] YeonGyu.Where stories live. Discover now