XVI. L O S I E N T O

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Estaba a punto de mandar todo al carajo y aventarse desde su balcón, pero su teléfono, siempre tan oportuno, vibró para anunciarle una llamada. Estaba harto, quería que dejara de molestarlo de una maldita vez. Así que tomó aire y con el corazón a mil por hora contestó.

 Así que tomó aire y con el corazón a mil por hora contestó

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«¡Déjame en paz de una maldita vez!»

«Hola para ti también, mi amor.»

La escalofriante risa del pelirrojo se hizo presente en el auricular.

«¡Deja de llamarme así, maldito enfermo!»

«Veo que estás a la defensiva... Pero si yo no te he hecho nada.»

«Estás loco.»

«Guarda esas ofensas para Isaza... Ahora dime una cosa, ¡¿Qué mierda hacía el esposo de tu hermano preguntando por Andrea?!, ¿Eh?» 

«¿D-De q-qué estás hablando?»

«¡Tu cuñado se presentó en la clínica donde trabaja mi hermana para hablar de ti!, ¡¿Acaso le diste su nombre?!, ¡¿Abriste la puta boca?!»

«Y-Yo no di-dije nada. Lo juro.»

«¿Sabes?, Debería darte una lección para que dejes de hacerme enojar... Ese chico es muy lindo, es algo mayor, pero no está nada mal.»

«¡NO TE ATREVAS A TOCAR A VILLA, BASTARDO!»

«Eso va a depender de ti... Oye, ¿Sabías que su casa es muy grande?, Tiene muchos árboles y la fachada es muy bonita.»

«¿L-Lo seguiste?»

«Deberías decirle a tu cuñado que tiene que evitar pasearse por la ciudad con autos tan caros. No es difícil encontrarlo.»

«¡Eres un maldito infeliz!»

«LO DEJARÉ PASAR ESTA VEZ PORQUE EL CHICO NO PARECÍA SABER ALGO, PERO LA PRÓXIMA VEZ QUE LO VEA POR AQUÍ, VA A APRENDER A NO METER SU NARIZ DONDE NO LO LLAMAN.»

Sin más, cortó la llamada.

Dante miraba por el retrovisor de su auto al castaño subiendo de nuevo a su auto, realmente tuvo una visita muy corta en su casa y volvió a salir. Ya lo había observado antes, luciendo trajes caros y ropa de diseñador; vale oro de una forma literal, por lo que no entendía cómo pudo fijarse en el don nadie de Simón. 

Decidió que era tiempo de regresar a su hotel, no sin antes anotar en una pequeña libreta la matrícula del auto de Villa, quizá la necesitaría más adelante. Dió reversa en su auto y se reincorporó a la autopista, perdiéndose entre la multitud de autos que la transitaban.

 Dió reversa en su auto y se reincorporó a la autopista, perdiéndose entre la multitud de autos que la transitaban

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R E V E N G E | Villargas / IsargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora