¿Me amas?

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Jimin observaba por la ventana la imagen de sus padres llegando a la casa, sacaban bolsas del auto, regalos o comidas de la familia. Los vio felices, tranquilos. Judith y Jaehyung habían pasado mucho tiempo para recuperarse de la muerte de su hijo, con la responsabilidad y el miedo de proteger al otro, al más pequeño. Trataron con todas sus fuerzas mantenerse estables para su hijo, pero Jimin los escuchaba discutir y llorar por las noches, hasta que un día simplemente dejaron de discutir, de llorar y miraron al frente. Jimin recordó el alivio en su corazón cuando dejó de escucharlos por las noches, cuando supo que sus padres podían ser felices de nuevo. 

Los miró subiendo las escalinatas despreocupados y supo que la respuesta a su preocupación estaba ahí, frente a él. 

No iba a arruinar la felicidad de sus padres. 

Jungkook le había dicho que era su decisión, que lo apoyaría y le ayudaría en lo que necesitara. Ahora solo necesitaba dormir y alejarse de esos pensamientos.

Se dio la vuelta y se sentó en su cama estilo indio, secó sus lagrimas y se dispuso a dormir,  mañana tendría más tiempo para hablar, o callar, como había decidido. 

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Eran las tres de la mañana cuando Jimin se resignó  a no poder dormir, sus padres habían golpeado la puerta para saludarlo antes de irse a la cama pero Jimin se hizo el dormido para no tener que verlos. Sentía que si los miraba iba a contarles todo y no podía con ello, no debía arruinar la poca felicidad que les quedaba.

Se levantó y con la bata puesta salió de la habitación.  El piso estaba frío asi que tuvo que volver por sus pantuflas. Decidió caminar hasta la planta baja y sentarse en el living, tal vez un poco de chocolate caliente y una película le ayudaría a pasar el insomnio. 

Caminó hasta la cocina y cuando tuvo su chocolate listo se encaminó al living pero antes de ello escuchó un ruido en el patio. Con la taza en la mano y curioso se dirigió al ventanal.

La luz de la luna iluminaba el interior de la casa, la silueta en el patio, sentada en la banca se veía solitario, tranquilo y pensativo. Jimin abrió la puerta y se encaminó hasta Jungkook, lo vio envuelto en una frazada, mirando el cielo nocturno.

-Hace frío ¿Qué haces acá?- Pregunto el rubio mirándolo desde atrás, el castaño tenía el pelo alborotado y pudo ver su pijama bajo la frazada. 

-No podía dormir. Tuve pesadillas- Le dijo girando un poco para mirarlo y luego volver la vista al cielo. 

- ¿Puedo quedarme?- Preguntó el menor señalando la banca. 

- Si querés- Le contestó Jungkook haciéndose a un lado para que el menor se sentara, la banca estaba fría pero no demasiado a pesar de las altas horas.  El silencio inundó el lugar, se oía un grillo por algún lugar, las estrellas parecían parpadear y parecía que el mundo se había detenido por un instante, en ese lugar, para ellos dos. Para que tuviera un espacio, un descanso de todo lo demás. 

- No lo voy a hacer- Dijo al fin el menor tomando una decisión. 

-¿Qué?- Preguntó Jungkook desviando la mirada hacía él. 

- No les voy a decir...ellos no se merecen eso.- Le explicó Jimin, mirandolo a los ojos, sentía la decepción en Jungkook, él quería que  se los dijera, que no cargara con ese peso. 

- Estas seguro de poder mantenerlo en secreto- Le preguntó al fin. 

- Sí, bueno... creo ¿Qué harías vos?- Le preguntó el menor. 

- Bueno, yo me mantuve en silencio mucho tiempo. No creo que sea el adecuado para responder eso. 

Jungkook vio que el menor tenia frío así que abrió la frazada y los envolvió juntos. Sus brazos y muslos rozandose, el corazón de ambos comenzó a golpetear con fuerza, el calor invadiendolos. 

- ¿Querés chocolate?- Le dijo tratando de establecer conversación y hacer las cosas más livianas. El mayor aceptó la taza con agradecimiento- ¿Como soportaste que él fuera el bueno, el mártir? 

- ¿Como lo soportaste vos?- Le devolvió la pregunta Jungkook. Sinceramente no entendía como Jimin amaba tanto a su hermano después de lo que le había hecho. 

- Es diferente, yo creí que él era bueno- Contestó sosteniendo la taza de chocolate cuando el mayor se la devolvió- En serio lo creía. No se cómo, simplemente me imaginaba que era una persona con demonios, como todos nosotros. Que eran pequeños errores que debía tolerar porque era mi hermano, porque era familia.  

-Él podría haberte hecho daño- Le recalcó el mayor. 

- Como yo te lo hice a vos- Dijo el menor, no supo bien porqué lo dijo pero necesitaba hablar sobre ello. 

- No es lo mismo- Le quiso hace entender Jungkook.

-¿Por qué no?

- Por que el estaba enamorado de vos, de una forma rara y no tuvo reparo en lastimarte. 

- Yo también estoy enamorado de vos. 

- No digas eso. 

- ¿Que soy igual a mi hermano o que estoy enamorado de vos? 

- Jimin... 

- No te quiero perder, Jungkook. - Dijo en un susurro, con las manos entrelazadas y la mirada en el suelo, el frío se estaba colando entre la frazada y Jimin sentía el cuerpo helado. 

-No vas a perderme- Le dijo serio mientras contemplaba la luna- Pero necesito tiempo. 

Y con eso se levantó de la banqueta, dejandole la frazada a Jimin, la frazada con su aroma. El rubio se quedó unos segundos más con el corazón un poco más aliviado, miró las estrellas durante un rato. Se preguntaba dónde estaba su hermano, si aún era parte de la tierra o estaba en algún otro lugar. Con eso en la cabeza se obligó a nunca más pensar en él, ni una sola vez. 

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La mañana siguiente el tono de llamada despertó al rubio, era domingo y quiso matar a esa persona por perturbar su sueño. Por ello, decidió ignorarlo, sin embargo, segundos después su teléfono se iluminaba con una nueva llamada. Esta vez decidió atender a regañadientes. 

- ¿Hola?- Un suspiro de alivio se escuchó desde la otra linea. 

- Jimin, por Dios. Creí que no iba a contestarme. 

- Pues no iba a hacerlo, estaba durmiendo- Le contestó enojado el rubio. 

- ¿No has visto Twitter?

- Uy, no- Dijo pensando- Hace dos semanas que no veo nada. 

- Jimin, tenes que entrar... se enteraron de todo. 

- ¿Qué?

- Entra de una vez. 

Jimin cortó la llamada y buscó entre sus aplicaciones, le temblaba la mano y ahora estaba completamente despierto. Con los ojos como platos miró todas sus notificaciones, todos los insultos, cada deseo de que desactivara como un golpe en el estomago. Hasta que vio el post, el inicio de todo el odio. Estaba arruinado. 


Freedom🔞- KookminWhere stories live. Discover now