- ¿Es Marisa? – preguntó, asentí, él me quitó el teléfono antes de haber contestado a mi amiga – Hola Marisa – saludó. Le dejé saludarla, me daba igual, la verdad.

- Hugo – se sorprendió, al escucharle al otro lado.

- ¿Qué quieres saber? – preguntó, preocupándome

- No es nada – contestó ella – le estaba diciendo que he visto que la has etiquetado en una foto y ...

- Sí, ¿y qué? – contestó, sin más.

- No, nada – ella no se atrevía a decir mucho más – sólo que me ha parecido raro.

- ¿Raro? ¿por qué? – preguntó él, mientras yo le agarraba del brazo, deteniéndome para que me devolviese el móvil – No le metas mierda en la cabeza, solo te pido eso – ella se sorprendió al respecto, incluso yo lo hice – si hago algo por ella es porque quiero, no porque quiera conseguir algo a cambio ni nada por el estilo.

- Yo no he dicho lo contrario – contestaba ella, sin más - ¿me la pasas? – él levantó el teléfono y me lo cedió - ¿pero se puede saber qué cosas le has contado de mí? Se piensa que soy un ogro que quiero ponerte en su contra.

- No le he dicho nada – no era mentira – solo le dije que igual que sus amigos, tú también creías que era mejor que no hubiese nada entre nosotros.

- Vamos a ver, Blanca – me llamó ella – se lio con otra en tu cara, se acostó con su ex novia, ¿qué querías que pensara?

- Vale, si – acepté, dándome cuenta de que tenía razón – no estuvo muy fino en esos momentos. Pero ahora estamos bien.

- Ya lo creo que estáis bien – aseguró ella – te ha dedicado un estado, Blanca. Por eso te pregunto... ¿qué ha pasado? ¿qué has hecho para hacerle cambiar? – me encogí de hombros, para luego mirar hacia él, con una enorme sonrisa en el rostro.

- ¿Qué dice? – quiso saber.

- ¿Qué he hecho para hacerte cambiar? – pregunté, él sonrió, divertido, sin decir nada, contestando un poco después.

- Ser tú – sonreí como una idiota, para luego besarle, feliz.

- Dice que ser yo – contesté hacia mi amiga, él rio ante aquello.

- ¡Qué fuerte tía! Lo tienes loquito – volví a reírme, divertida - ¿estáis juntos?

- No lo sé – volví a mirar hacia él, apretando su mano, haciendo que volviese a prestarme atención – dice que si estamos juntos – rio, algo avergonzado, para luego asentir – sí, estamos juntos.

No podía dejar de reír, me sentía como en una maldita burbuja de felicidad. No recuerdo haber sido tan feliz nunca.

Mi amiga estaba flipando, así que me despedí de ella, y volví a prestarle atención a él.

- ¿De verdad estamos juntos? – pregunté, sin poder creérmelo aún. Él volvió a sonreír, divertido, acercándome a él, asintiendo entonces.

- Sí, estamos juntos – contestó, sin más, haciéndome feliz con ello. Levanté los brazos, colgándome de su cuello y luego le besé – no tienes espera – se quejó entonces – y supongo que yo tampoco – sonreí, para luego emprender el camino, hacia el restaurante al que íbamos a cenar esa noche – Blanca – me llamó, mientras yo hacía un ruidito con la boca, en señal de que le estaba escuchando, sin mirarle aún – te quiero – miré hacia él, sonriendo, para luego volver a detenerme en medio de la calle, lanzándome a sus labios, haciéndole reír, pues por poco no nos caemos allí en medio.

 Levanté los brazos, colgándome de su cuello y luego le besé – no tienes espera – se quejó entonces – y supongo que yo tampoco – sonreí, para luego emprender el camino, hacia el restaurante al que íbamos a cenar esa noche – Blanca – me llamó, mien...

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Ya era hora de que le confesase sus sentimientos, pero ... ¿soy la única que piensa que están yendo muy rápido?

Verás tú el batacazo que se van a pegar... yo no digo nada....

Nos vemos la semana que viene, espero que el miércoles o jueves. :D

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