Donde un detective policial, una recaudadora de deudas ilegal, un asesino por contrato, una ex militar mercenaria y un niño prodigio, forman un equipo para combatir los crímenes más violentos de la ciudad.
"Cariño no digas que quieres a un chico mal...
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Siempre fui su hija.
La hija que golpeaba cuando hacía algo mal. La hija que era su orgullo por siempre recolectar deudas. La que amenazo con asesinarla si no realizaba lo que el ordeno. La hija que golpeaba personas por el. La hija a la cual le enseñó toda clase de cosas malas y la introdujo a el mundo de pura maldad.
¿Una familia?
En una manera éramos familia, si. El, Félix, Minho y otros chicos y chicas en los que el confiaba demasiado. Nos encontrábamos en su estudio y teníamos ramen en las noches que el nos daba nuestra paga. Estábamos en su lista de personas más importantes, las cuales tenían bebidas gratis en aquel casino. El a veces me regalada una nueva arma de parte de su generosidad y hasta nos enseñaba cómo utilizarlas si le preguntábamos educadamente y el se sentía generoso esa noche.
¿Que era realmente una familia?
¿Era la solidaridad de el vagabundo quien cuidó de aquel bebé que encontró abandonado en un maletín? ¿Era el jefe que tomaba adolescentes problemáticos de las calles y les daba una chance de hacer algo por sí mismos al darles un trabajo y convirtiéndolos en recaudadores? ¿Era el maestro, el que tomó a Hyunjin dándole un hogar, enseñándole todo lo que sabía y pacientemente esperando a que el lo asesinara al final?
Desvíe mis ojos de la cicatriz en mi mano y apreté mis dedos en puños.
Desearía jamás haberme enterado de la verdad.
Ni siquiera noté como el helado en mi otra mano comenzó a derretirse hasta que Hyunjin repentinamente se inclinó hacia adelante y lo lamió. Jadee con sorpresa y salí de mis pensamientos, mientras que el me miraba con sus grandes ojos y una falsa, inocente sonrisa. Luego tomó mi mano y murmuro: -Creo que nos veremos menos sospechosos si actuamos como una pareja universitaria.
Tome un poco de mi helado y fruncí mi ceño. Estábamos sentados en un banco en uno de los cuantos parques que Seúl tiene, esperando. El sol estaba brillando en el cielo, siendo una linda tarde y con muchas personas a nuestro alrededor. Había hombres de negocios volviendo del trabajo, señoras que venían aquí para caminar y paseadores de perros, mientras que nosotros tratábamos de al menos, mezclarnos con la multitud lo mejor posible, pero no podía evitar pensar que dolorosamente, ambos destacábamos.-¿Es solo una excusa para sostener mi mano?
-O comer tu helado.-Hyunjin respondió, sonriendo y inclinándose para sacarme otro bocado.
Contuve mi impulso de arrojarlo en su rostro y quite mi mano de su agarre. Luego codee la parte de sus costillas y sisee: -Idiota. Te odio.
Aun era temprano y el Equipo Z ya estaba trabajando. Extrañamente nos juntamos antes del mediodía, porque Seungmin debía ir a su hospital primero y Yiyeon era una persona algo perezosa la cual le gustaba seguir durmiendo, pero las cosas eran diferentes ahora. Nos volvimos más determinados después de la explosión en el almacén donde solíamos estar. Hoy, finalmente comenzamos a investigar el caso que comenzó la investigación de los dos periodistas asesinados. Jackson y Jinyoung se dirigieron a un hogar de retiro a encontrar el policía que estaba antes a cargo del caso y Hyunjin, junto conmigo estábamos a cargo de encontrar la víctima. La mujer supuestamente vendría a este parque con su hijo en cualquier momento y estaba tratando de pensar una manera en la que podríamos acercarnos. Me sentí algo mal al traer algo del pasado de vuelta a su memoria de esta forma, pero no teníamos elección. Desesperadamente necesitábamos ayuda de alguien como ella, para al menos saber por donde comenzar.
