Te dejé en Beacon Hills, lugar donde mis padres vivieron por un corto período de tiempo, porque sabía que ahí están las respuestas que necesitaba para irnos de este continente cuanto antes. Puede que también quería ponerte a prueba para ver si sobrevivirías y si saldrías a averiguar por ti misma. Al ver que te habías desviado de tu propósito, haciendo amigos y conviviendo con más seres sobrenaturales, ¡con una cazador! —negó con la cabeza sin poder creerlo— fue cuando mandé a Logan a buscarte, pero a diferencia de ti, Logan encontró información útil, la excusa perfecta para irnos cuanto antes.

Al parecer, uno de los últimos Hale estaba organizando una lista negra ofreciendo dinero por matar a cualquier ser sobrenatural, incluyendote a ti, pero es lo de menos; mientras tú paseabas con tus amiguitos, Logan recolectaba información y algo extraordinariamente peligroso fue lo que encontró, algo que ni tú ni tus amigos justicieros podrían vencer... En fin, los doctores están en camino, y todo gracias a ellos, que revivieron la energía del Nemeton, ahora ellos volverán, pero tú no serás parte de esa tragedia, ni de la que los jinetes traerán...»

Mi corazón comenzaba a latir más rápido a cada segundo. Traté de repasar cada una de sus palabras mentalmente. Era mucha información, apenas escuché las últimas palabras, sólo sabía que no quería irme y que mis amigos estaban en peligro.

—En fin, vamos en camino al aeropuerto, volveremos de donde nunca debimos irnos, Polonia.

Sentí desvanecerme por un momento. Debía estar bromeando.

Fue en ese momento que pensé en la situación en la que dejé a mis amigos, el sentimiento de preocupación y culpa culminaron mi cuerpo.

—No. No iré. No me iré de aquí —comencé a negar levantándome de mi asiento.

—No tienes opción —afirmó con severidad mi progenitor.

—¡No! ¡No iré! ¡Detén el maldito auto! —Grité casi entrando en desesperación.

Quería estar con mis amigos, y advertirles sobre lo que estaba por llegar a Beacon Hills.

—Siéntate.

—¡No!

Caminé hasta la puerta trasera e intenté abrirla, pero antes de que pudiera abrirla, sentí unos brazos en la cintura empujándome con mucha fuerza sobre el piso de la camioneta. Miré atónita a mi padre, con lágrimas en mis ojos.

—Ahora, Logan —pronunció él. Miré asustada a Logan, quien mantenía la mirada seria y sin fijarla en la mía, se acercó con una jeringa para luego sentir un pinchazo en mi brazo.

Intenté moverme, pero fue al instante que comencé a sentir una pesadez y caí dormida profundamente.




(...)




No estaba en ningún lado.

Recuerdo haberla buscado hasta el cansancio, pero no estaba allí. Se había ido, o se la habían llevado, ya no sabía qué pensar.

Jordan mencionó algo de verla en cierto lugar, allí encontramos huellas de un automóvil. Pero no había más rastros de ella.

Ya de vuelta en Beacon Hills, fuimos directamente a su casa, junto a Jordan y los demás, que estaban igual de preocupados, quizás no tanto como Jordan y yo.

Pero para nuestra sorpresa, ni Logan, ni Olivia se encontraban allí.

Recuerdo escuchar los latidos rápidos de Jordan, y su expresión de tristeza y enojo. Quizás yo estaba igual. Él mencionó algo de que una mochila faltaba, y las cosas básicas de cada uno no estaban.

Era clara la escena.

Se habían ido.

Recuerdo no decir nada más y retirarme.

No sé si estaba exagerando, pero desde ese día sentí como un vacío, creo que todos lo sentimos. Nos reunimos con el grupo un par de veces más, pero eran reuniones incómodas, ya que nadie mencionaba a Olivia, sin contar a Stiles hablando con Scott y proponiendo algún plan inútil para buscarla.

No sabía cómo hacerles saber que Olivia se había ido, por su voluntad, eligiendo no decir nada.

Lydia parecía triste, la notaba alejada del grupo hasta que dejé de verla. Por los tontos fallidos de Stiles tratando de susurrarle a Scott, sabía que Jordan estaba igual de ausente y triste por la partida de los hermanos.

Hasta que hubo un momento en que dejamos de hablar y pensar en ella.

Me obligué a mi mismo a no volver a pensar en ella. Dejando de intentar llamarla o mandarle algún que otro texto.

Tenía que seguir adelante y olvidarme de Olivia.

Porque ya no existía para mí.



(...)




No sabía ni qué día era.

Nadie hablaba conmigo.

Quería irme.

Este lugar era tan oscuro, aburrido y triste. O quizás yo me sentía así también.

Apenas arribamos a Polonia. Todo cambió para mí.

Me enviaron a un internado especial, para la gente de afuera, era un internado para personas con algún tipo de insuficiencia o discapacidad, pero por dentro: era un internado de mujeres con dones y capacidades sobrenaturales, exactamente.

Jamás me hubiese imaginado algo así. Pero he aquí.

Era una casa bastante grande y antigua, sólo tenía dos pisos, abajo era el colegio y arriba donde nos hacían dormir.

Había pocas personas, éramos alrededor de quince o veinte estudiantes de todo el mundo. Cada una con su especie en especial. Aunque no eran muchas, la mayoría era igual que yo, paráxenis, las últimas en nuestra especie.

Pero nada me importaba, quería salir, quería escapar, estaba aquí en contra de mi voluntad. Pero aunque quisiera, los terrenos del internado y alrededores estaban especialmente construidos para que no pudiéramos salir, es decir, con ceniza de serbal.

He intentado escapar más veces de lo que puedo contar, lastimándome sin importarme, una y otra vez, pero no funcionaba.

Mi padre y Logan no me visitaban, jamás, aunque lo prefería así, no quería volver a verles las caras otra vez. Especialmente Logan, sentía una traición gigante, y creo que nunca sería capaz de perdonarlo.

Todos los días eran igual de aburridos. Teníamos clases normales y a la tarde, nos enseñaban sobre todas clases de seres sobrenaturales en el mundo y sus orígenes, creo que era lo único que aliviaba mis días.

Pero había algo en que no podía dejar de pensar todos los días.

Jordan.

Liam.

Lydia

Los chicos, todos. ¿Qué pensarían? ¿Me buscarían? Era una idea descartada, estaba demasiado lejos, jamás les pediría algo así, aunque sí deseaba ser rescatada.

Luego de cumplir mis castigos en las cocinas del internado, limpiando y ordenando, subí a la habitación que compartía con otra chica y me cambié para irme a dormir.

La habitación era horrenda, tan vacía y fría, me hacía sentir cada vez más sola.

Finalmente recosté mi cuerpo sobre la cama y cerré los ojos al apoyarme sobre la almohada.

No pude evitarlo y un par de lágrimas comenzaron a caer sobre mis mejillas al recordar Beacon Hills. Recordar lo injusto que todo esto era. Odiando a mi familia cada segundo.

Aunque sabía que por la mañana despertaría con un fuerte dolor de cabeza, no detuve mis lágrimas hasta que finalmente logré dormirme con una sola idea en mi cabeza:

Escapar.








FIN

SHE WOLF ¹ | Liam DunbarΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα