T r e i n t a y c u a t r o

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La noche que estuve con Harry, acapare toda la atención en mí, en mis preocupaciones, mis lágrimas y esas tantas cosas que se centraban en mi vida

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La noche que estuve con Harry, acapare toda la atención en mí, en mis preocupaciones, mis lágrimas y esas tantas cosas que se centraban en mi vida. Así que cuando llegó el momento de despedirnos recordé que él estaba ahí para decirme algo, pero fue muy tarde para que pudiera escucharlo.

-No te preocupes, hablemos de eso el domingo por la mañana en el bosque, descansa y no temas, aquí estoy contigo todo el tiempo- me prometió sosteniendo mi mentón con una mano, apretando firmemente con sus dedos para dar énfasis a esas palabras y luego me besó.

Se marchó dejando en mí un poco de intriga y permanecí con ella el resto del tiempo, durante los siguientes dos días en los que no lo vi ni recibí sus cartas.

Cuando pasaban días sin noticias suyas, me preocupaba y ni siquiera estaba segura de a qué le temía.
Era más probable que mi vida se acabara antes que la suya pero a veces imaginaba que él desaparecía y yo me quedaba sola ahí.

¿Qué podría hacer entonces?
Odiaba ese sentimiento de incertidumbre y de impotencia.
Deseaba poder ser más fuerte y a veces me esforzaba tanto que cualquier otra persona no se daba cuenta de todo lo que estaba pensando y pensaban que todas esas cosas no me afectaban.

El único que sabía mi desgracia era Harry... bueno. Es probable que también Kalum.

-¿Cómo te has sentido?- me preguntó la noche del sábado mientras los dos mirábamos al techo en medio de la oscuridad, sin poder conciliar el sueño.

-Bien- fingi normalidad y le devolví la pregunta.

-¿Y tú?

-No lo sé- fue su respuesta y hubo silencio por un minuto antes de que yo encontrara las palabras para proseguir.

-Estamos bien, al menos nosotros lo estamos. Afuera todo es un caos, pero nosotros hemos sido impenetrables.

-¿Tu crees? Yo no me siento impenetrable. Me siento destruido por dentro.

Lo miré como impresionada. Como si no fuera evidente que ambos pudiéramos sentirnos de esa manera.
-No digas eso. Si tu caes yo me iré contigo. Lo único que siempre me mantiene eres tú- le dije.

-No me mientas- formó una pequeña sonrisa y me miró con los ojos pequeños- lo que te hace fuerte es tu orgullo, porque eres la chica más orgullosa de todas... que digo la chica, eres la persona más orgullosa de este mundo.

Cubrí su boca con una mano para que se callara de ser tan burlón y él soltó una risa.

-Como si tu no lo fueras también. Tu fuiste quien me incitó a unirme a la resistencia en primer lugar- recordé y él parecía divertido con ese tema, como si aquella hubiera sido una buena época para recordar pero no lo fue en absoluto, sin embargo habíamos pasado tantos años de esa manera que era todo lo que recordábamos de nuestro pasado, como si nuestras vidas antes de la guerra se hubieran borrado de nuestras mentes.

La chica bajo la farola |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora