𝙉𝙤 𝙛𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙𝙨

Extraños

— ¿Tú tambien ves a Jimin y Jungkook hablando juntos verdad? — asentí ante la pregunta de Hye mientras ambas nos encontrabamos tras una pared viendo a esos dos convivir normalmente.

— Los dos están muy raros.

— Pero sobre todo Jimin, es como si estuviera siendo mejor persona — mi corazón palpitó fuerte al escucharla. ¿Jimin podría empezar a cambiar luego de lo que pasó? — T/n, ¿puedes contarme qué pasó con Jungkook? Estuve mucho tiempo yendo a la biblioteca para dejarlos estar a solas, pero veo que no funcionó — hizo un puchero y juntó sus manos como súplica para que le contara. Como es mi amiga le conté todo con detalles incluidos, pero debo admitir que me fue difícil decirle que estaba confundida con Jimin luego de que a ella también le gustara. Ante mi historia solo soltó un wow poniendome nerviosa — ¡estás viviendo todo un romance adolescente! — sus ojos brillaban como las estrellas y sonreía mientras brincaba emocionada.

— ¿No estás molesta por lo de Jimin?

— ¿Qué? Claro que no. Desde un principio sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo y además eres mi amiga. Tienes más oportunidades con él que yo y voy a apoyarte — me hizo sentir tan feliz su respuesta que fue inevitable no acercarme para abrazarla, a lo que ella se sorprendió por mi acto tan repentino.

— De verdad eres una gran amiga Hye Yoon, no te merezco — ella me devolvió el abrazo y acarició mi cabello. Durante una de las clases fui al baño y pude ver a Hye y Jimin hablando cerca de los casilleros, me pareció sospechoso y la parte de mi ser que desconfiaba de él apareció. De regreso del baño seguían hablando, lo cual me alarmó, pero luego de tanto observarlos se dieron cuenta de mi pesada mirada haciendo que me sorprenda y salga corriendo a mi salón. Y cuando debíamos ir a casa salí sola de la escuela, ya que no encontré a Jungkook y Hye Yoon debía ir a un salón por unas cosas. No quiso que la acompañara y tampoco que la espere, por lo que, tuve que irme de ahí casi obligada. Observaba el cielo que veía todo lo que hacía cada día de mi vida haciendome pensar en todo lo que ha pasado en un periodo tan corto de tiempo.

— Hola — miré hacia el frente dejando el cielo de lado para ver a Jimin. No le dije nada y solo seguí mi camino ignorandolo, pero él no se rindió y caminó junto a mí — lamento lo del beso.

— Ya olvídalo — vi como se detenía impidiendome el paso — ¡demonios! ¿Qué quieres ahora Park Jimin? — le hablé casi gritandole por la furia que tenía acumulada de solo verlo.

— Una explicación — lo miré confundida y molesta — ¿cómo quieres que olvide ese beso cuando me rechazaste tan fríamente? — dio unos pasos hacia mí mientras sus mejillas tomaban un color rojizo — ¿cómo quieres que olvide que te hice llorar? ¿Crees que puedo irme a casa y pensar todo el día en tí sin sufrir?

— ¿Qué? ¿Qué idioteces dices? — retrocedí un poco y al ver que no se detenía puse mi mano sobre su pecho.

— No son idioteces T/n, son mis sentimientos — no entendía nada y menos cuando Jimin tomó mis manos y las dirigió a su corazón — ¿no te das cuenta de por qué me molesté ese día contigo? — los recuerdos del día en que recibí ambas invitaciones para los partidos llegaron a mi mente — ¿no te preguntaste por qué te conté que me gusta bailar? — quité mi mano de su pecho, pero él la agarró nuevamente y con más fuerza — ¿lo sientes? Siento como si mi corazón fuera a explotar ahora mismo y es por tí, porque estoy frente a tí confesándote lo que siento T/n T/A.

— Jimin, escucha — me alejé rápidamente y fastidiada — ya te he soportado mucho, pero no lo haré más, ¿oíste? — sentía un nudo formarse en mi garganta tratando de retener las lágrimas que amenazaban con salir — sé que me tengo un poco de amor propio y por ello no dejaré que me trates como basura otra vez.