"No me dejes" ;

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El bullicio del pasillo hacia eco en sus oídos, no permitiéndole escuchar claramente lo que exclamaban las enfermeras. Se sentía perdido y su cabeza daba vueltas, pero el apretón en su mano hizo que dirigiera su mirada a la persona proveniente de la caricia.

Unos ojos grisáceos le recibieron; preocupados, inquietos. Su piel se encontraba mas blanca de lo usual y al igual que la antes sonrisa burlona, ahora convertida en una fina línea que apretaba de vez en cuando. Le desagradaba esa expresión, su pareja no debía estar asustado, sino él.

Llevó su mano a la mejilla contraria, acariciando el frío lugar, en un vano intento de brindarle su calor, sin saber que su temperatura no era la adecuada para dar calidez. Aun así sonrió, una sonrisa forzada que reflejaba el dolor que sentía en el vientre.

Una contracción provocó que soltara un alarido de dolor, recordandole el temor que llevaba desde varios meses atrás; la labor de parto.

Parecían lejano los vómitos matutinos de los dos, lo sensible que se ponían o el incesante hambre que se albergaba en sus estómagos. Luego descubrió, por parte de su madre, que si el matrimonio se lleva bien, ambos experimentarán los síntomas del embarazo. Aveces sentía pena por su esposo, aunque admitía que también disfrutaba el hecho de que este haya subido unos kilitos de peso. En cambio los que el subió, se irían después de dar a luz –o eso esperaba–.

Como fuera, sólo esperaba que todo saliera como lo plateado. Cerró sus párpados tratando de convencerse a sí mismo que todo se encaminaría perfectamente, sintiendo los dedos contrarios entrelazarse con los suyos y, el suave tacto sorprendentemente le reconfortaba.

Era como si no necesitara nada más que verlo a los ojos para saber que iría bien. Por un momento olvidó la preocupación, la angustia, el hecho de que sus parientes seguían a la camilla como si la vida le dependiera en ello y el dolor punzante que se alojaba en su cuerpo, aunque este último mas probable porque una de las enfermeras ha de inyectar anestesia.

Llegaron a la sala de partos y con ello el momento de despedirse por un tiempo indefinido. He Tian pareció querer aferrarse a su mano, fallando. Le dijeron que permaneciera en la sala de espera al igual que los demás, él se resistió y renegó con el hecho de que era su pareja y no le importaba si se desmayaba al ver sangre.

Era complicado, lo sabía, y le aterraba no volver a ver a Mo.

Unos enfermeros amenazaron con detenerlo de una manera más violenta, pero él no se dejó intimidar, le valía si le ganaban en cantidad. A pesar de eso, prefirió no hacer un escándalo, o eso sugirió su hermano cuando se colocó a su lado, palmeando su hombro en un gesto de apoyo.

El menor de los He sólo se pudo dedicar a ver como su esposo era llevado a ese cuarto, saludandole antes de que las puertas se cerraran. Observó su sortija de compromiso en el proceso y sin poder evitarlo, una lágrima surcó su mejilla.

—"No me dejes".

—"No me dejes"

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Y

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Y...

¡He vuelto!

Si, lo sé, no debo tardarme tanto en actualizar.

Pero, eso no quita el hecho de que no haya pasado tanto desde la última actu. Estoy mejorando¿?

Estoy atascadisima de tarea y sin embargo se acercan las vacaciones de invierno junto con mi cumpleaños :D (creo que ese día volveré a subir cap, quien sabe)

No hay mucha gente que sigue la historia, pero a los que sí, les agradezco :')

Perdonen los errores que puedan haber, intenté corregir la mayoría pero siempre se me pasa alguno.

Que tengan buen día/tarde/noche ♡

TianShan ¦ Drabbles ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora