Efecto Burbuja - (Todobaku)

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En la fría mañana del martes todo parecía tranquilo y normal, los locales estaban comenzando a abrir, niños y adultos iban caminando por las calles dirigiéndose a sus escuelas o trabajos. Pero en una pequeña zona donde habían diversas casas y locales, en lo que parecía ser un local abandonado, se encontraba una chica completamente dormida. La chica tenía el pelo en degrade, en las raíces comenzaba con un rubio cenizo y a medida llegaba a las puntas se volvía cada vez más blanco terminando en un color igual al de la nieve, por otro lado sus rasgos faciales la hacían realmente hermosa, y aunque no era realmente gorda se podía notar que tenia un poco de más, pero también se notaba que realizaba bastante ejercicio. Su celular había estado sonando por bastante tiempo, y cuando comenzó a sonar por cuarta vez esa mañana la chica lo tomo, abriendo sus ojos, y aunque ambos eran rojos el derecho era un tercio de color gris, viendo la hora y notando que iba tarde para sus clases.

Miro alarmada a su alrededor y se dio cuenta que no reconocía el lugar, tenia cierta semejanza con su casa, y ese específicamente con su cuarto, pero no podía decir que era el mismo lugar, se dio cuenta de que cerca de donde estaba se encontraban su mochila, su maleta con su traje de héroe, su bolso para la escuela, y un bolso que parecía para ropa deportiva. En ese momento se dio cuenta que también llevaba puesto su pijama, lo cual definitivamente era extraño, miro las cosas que se encontraban a su lado, y tomó la decisión de que no podía simplemente esperar a que todo se resuelva, por lo cual se puso su uniforme y se dirigió a la UA, no sabia bien el porque, pero sabía que si las cosas se ponían extrañas debía ir allí, era casi una regla de oro que había aprendido durante su primer año en esa academia. Al salir del lugar con dos de los bolsos en mano, y la maleta con su traje de héroe guardada en su bolso de ropa deportiva junto a su pijama, se dio cuenta de que reconocía la zona y que efectivamente ese era el lugar donde debería estar ubicada su casa, y aunque el parecido era increíble, al punto de reconocerlo como el mismo lugar, ambos lugares no eran el exactamente iguales, lo que dejaba confundida a la chica, sin embargo ignoro todo y solo se dirigió a la UA, con algo de suerte allí le iban a aclarar todo.

A lo largo del camino veía las mismas calles que solía recorrer a los comienzos de sus semanas, pero todas tenían ligeras diferencias, algunos edificios parecían más viejos y otros eran totalmente diferentes, como si los hubieran reconstruido. Al llegar a una calle encontró un callejón, un callejón que tenia la sensación de conocer, pero no lograba asociar bien, lo que le pareció extraño ya que siempre recorría esas calles. Movida por su curiosidad e instinto entró al callejón, parecía ser un callejón normal, los contenedores de basura a los lados, la cornisa de uno de los edificios, las puertas de los locales, todo se veía normal, y llegó al final de este, un callejón sin salida. Ella iba a dar la vuelta e irse como si nada importara, y cuando lo hizo pudo tener la visión de la salida del callejón, y esa vista le hizo recordar lo ocurrido con la mujer de las burbujas.

--Esa mujer, de seguro su quirk me trajo hasta aquí, pero ¿Donde mierda se supone que estoy? Reconozco los lugares como si fuera la zona donde vivo, pero no es lo mismo--se dijo a sí misma, hablar sola le ayudaba a acomodar sus pensamientos de mejor forma, soltó un fuerte suspiro y volvió a caminar--Lo mejor será ir a la UA, cualquier cosa que haya pasado Shouji-sensei podrá explicarlo, y si no podría ir con el director. Aagh, esa bruja de las burbujas, bruja de las burbujas, burbruja--

La chica soltó una risa tonta por ese infantil apodo que acababa de inventar, miro alrededor, aún le quedaban quince minutos de camino, miro su celular, solo le quedaban cinco minutos para que comenzarán las clases, por lo que comenzó a correr. Durante su carrera hacia la UA la chica no dejaba de pensar en lo extraño de situación, si las calles eran realmente las mismas, pues tenían la misma dirección a pesar de no ser exactamente iguales. Corriendo por las calles no presto tanta atención a las personas a su alrededor ni de las calles por las que pasaba en ese momento, sólo pensaba en recorrer esos quince minutos en cinco, por eso mismo no noto a las pocas personas que estaban yendo a la UA, cerca de la entrada caminando tranquilamente y viéndola extrañados, ninguno de ellos había visto a esa chica en su vida.