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Eran las cuatro de la tarde, y un chico de unos veinte años se dirigía a su casa después de terminar la universidad, era un chico alto y delgado, su pelo era azul oscuro y liso, tenía el pelo largo, comparable al de una chica, aunque a él le gustaba decir que se parecía al de los elfos del señor de los anillos, los iris y las escleróticas de sus ojos son negros, aunque sí los veías a luz directa podrías ver a través de ellos y su tez era tan clara que parecía un fantasma, algunas personas creen que la combinación de sus ojos y su tono de piel era espantosa. Al chico se le veía decaído, hace unos días que no sabe nada de su hermana y realmente desearía poder ayudar más, pero no podía hacerlo, al final había sido su decisión no ser un héroe ni nada relacionado con los temas de seguridad, por lo que no tenía permitido hacer nada.

Cuando entro a su casa saludó como era común, y como respuesta recibió a un pequeño de doce años corriendo lo más rápido posible para abrazarlo, detrás del pequeño venía una mujer de piel y pelo rosa que se notaba que llevaba unos meses de embarazo. El chico era bajo, aunque era de un tamaño adecuado para su edad cuando se ponía al lado de su hermano no parecía más grande que una pulga, en aquel momento tenía el pelo amarillo y era ondulado, su pelo era corto con una chasquilla, sus ojos también eran negros y su tez era bastante tostada. El pequeño había tomado la costumbre de salir corriendo a abrazar a su familia cuando llegaban desde hace unos años, cuando uno de sus padres quedó muy mal herido después de una pelea con un villano y no pudo ir a la casa por unos dos meses, aunque el pequeño comenzó a abrazar más fuerte después de la desaparición de su hermana. La mujer que estaba atrás de ellos solo observaba la tierna escena y soltó una risa juguetona, ella era amiga del padre de esos niños, conocía a la mamá de Bakugou y al padre de Todoroki, y casi le parecía mentira que aquellos niños fueran familiares de ellos tres, aunque para ser justos los niños no estaban relacionados biológicamente con ellos.

—Ashido-sama, muchas gracias por cuidar a Kento—dijo el chico que acababa de entrar

—Vamos Ichiro, te he dicho cientos de veces que dejes de ser tan formal conmigo, además me encanta cuidarlos, por algo soy su tía favorita—dijo Mina igual de enérgica que siempre, cinco meses de embarazo no le quitarían su emoción—además es lo único que puedo hacer para ayudar por lo de Koyuki—al escuchar eso Kento apretó más fuerte a su hermano y se pudo ver como su pelo comenzaba a tornarse azul oscuro

—Aún así, muchas gracias—

—Bueno yo...—Mina comenzó una oración pero no la pudo terminar ya que su celular sonó—Oh, lo lamento chicos, quisiera poder quedarme más, saben que me encanta estar con ustedes, pero tengo hora en el hospital y tengo que irme pronto—

—No hay problema ¿Verdad?—dijo Ichiro, mirando a Kento cuando dijo lo último

—No, que tenga buen viaje—dijo Kento emocionado, volviendo su pelo amarillo nuevamente

—Muchas gracias chicos, hasta la próxima, y díganle a su viejo cuando llegue que me comí toda su salsa picante, el bebé la quería y yo se la di—fue lo último que dijo Mina antes de irse

Los chicos entraron a la casa y una vez dentro todo pasó como una tarde normal, jugaron con los videojuegos, fueron al jardín a cortar maleza, Ichiro ayudó a Kento con su tarea y cuando terminaron fueron a darse un baño juntos, a Kento le gustaba bañarse con su hermano o padres, ni su padre ni su madre biológicos les gustaba hacerlo, decían que debía dejar de ser un niño llorón y que ellos estaban ocupados, pero ellos no eran buenos y ahora que esta con gente buena no tiene esos problemas y quiere aprovecharlo, aunque Koyuki nunca le dejo bañarse con ella.

Efecto Burbuja - (Todobaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora