Capítulo 18: Vínculos

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-Zulema, ¿te puedo preguntar algo?-disparo la pregunta mientras comemos sin ninguna reparo.
Ella suelta el tenedor y se echa hacia atrás.
-Dispara-me ordena.
-¿Por qué esa línea debajo del ojo?-pregunto intrigada.
Resopla y se piensa la respuesta antes de dármela.
-Y no me digas que es una marca de nacimiento como les dices a los demás, porque yo te conozco desde antes y sé que no lo tenías.
Zulema suelta una carcajada.
-Buena observación, rubia-apunta.
Blanqueo los ojos.
-Zulema, voy enserio-insisto.
-¿Recuerdas el día que volviste a Cruz del Norte después de haber estado en coma?-me pregunta.
-Claro-respondo.
-Bien, pues ese día perdí a mi hija; perdí al único ser que de algún modo me quería, aunque ni ella misma lo supiera-me explica con lástima.-Ese día me lo pasé llorando su muerte y después estuve varios días con el maquillaje corrido por la cara-sigue diciendo.-El día que me lavé la cara sentí que le fallé; sentí que si me limpiaba esas lágrimas y ese maquillaje corrido, iba a ser como si la limpiase a ella de mis recuerdos, así que decidí dejar algo de ese recuerdo en mí de forma permanente. Eso que tú ves cómo una simple línea, para mí es una lágrima permanente con el mismo color que mi alma.
-Pero es maquillaje-apunto.
-Es maquillaje-confirma.-Pero no hay un solo día que haya olvidado hacerme la línea en su honor-recalca.
-¿Por qué?-pregunto sorprendida.-Es decir, aunque fuese tu hija tú nunca la habías mencionado antes, ¿por qué ese amor hacia ella si prácticamente erais desconocidas?
Me sonríe de forma pícara y me dice:
-Maca, el vínculo que se forma con un hijo cuando lo tienes nueve meses dentro de ti es mucho más grande que cualquiera de los otros vínculos que se puedan tener en la vida. Te sonará raro oírme hablar así, y créeme que lo entiendo, pero a veces es necesario demostrar que tenemos sentimientos; porque aquí hasta la más hija de puta tiene sentimientos, aunque no lo parezca.
Quedo atónita por su profunda reflexión, pero no digo nada.
-Si algún día llegas a ser madre lo entenderás-me comenta en un tono profundo.
-Tú fuiste la responsable de mi aborto en Cruz del Sur-le recrimino.
-Y tienes razón, pero, ¿qué prefieres? ¿Tener un hijo en libertad o tener un hijo entre rejas para que al final acabes como Saray?
-Saray algún día la recuperará-la corrijo convencida de mis palabras.
-Exacto; algún día, pero no ahora. Ese es el problema, Maca, que ella se está perdiendo una parte de la vida de su hija, al igual que me pasó a mí, por eso ambas somos así.
-¿Así cómo?-pregunto sin comprenderla.
-Así de hijas de puta.

𝐕𝐢𝐬 𝐚 𝐯𝐢𝐬: 𝐃𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚́𝐫𝐜𝐞𝐥 𝐚𝐥 𝐎𝐚𝐬𝐢𝐬Where stories live. Discover now