—Que mujer más problemática —aquel hombre suspiró.

—¿Quién eres? —los dos hablaron a la vez. —Eh... ¿problemática?, ¡usted fue el hombre que habló y terminó asustandome! Después su serpiente se apareció a mis pies y...

—Es sólo porque son órdenes de Oyakata-sama —murmuró.

—¿Eres tú quien cuidará de mí? —te paraste. —Por Dios... Que presentación más vulgar.

Sacudiste tu hakama y luego te acercaste al chico azabache, parándote recta suspiraste. Hiciste una leve reverencia y luego le diste la mano.

—Al parecer sí tienes modales.

Tu reacción hizo que él soltara una pequeña risa sin embargo retomó la misma compostura seria que en un principio, decidiste ignorarlo y hablaste.

—Mi nombre es _______, supongo que te explicaron todo.

—Así es, soy Iguro Obanai, el pilar de la serpiente. Cuidaré de ti esta semana.

—Yo realmente no tengo esperanzas en esto, no necesito a alguien que me cuide pero respeto las opiniones de mis padres —confesaste. —No creo en los demonios pero será un honor tener tu presencia conmigo, Obanai-san.

—Eres muy ingenua —habló acercándose a ti.

—¿No tienes un mejor vocabulario que usar con mujeres, Obanai-san? —preguntaste frunciendo el ceño.

—Eres muy inocente, niña. —Corrigió.

—Creo que es hora de que nos vayamos —comenzaste a caminar. —Tenemos que ir a la ochaya¹, luego tengo que verme con una clienta de ni padre e iremos a dormir en una casa cerca la cual rentaron mis padres.

Iguro asintió.

Empezaste a caminar, él te siguió. Todo el camino fue silencioso, ni él ni tú decían nada, su serpiente de vez en cuando siseaba y aún se te hacía raro el hecho de estar cerca de una pero comenzabas a acostumbrarte, lo hacías rápido. Caminaron hasta llegar a la ochaya, donde una vez adentro y descalzos caminaron hasta la sala del ozashiki², todo ese tiempo Iguro mantuvo una cara seria pero cambió a una de confusión cuando vio que entrarían a otro lugar. Se aguntó las ganas de preguntar, queriendo terminar el trabajo pero te percataste de su expresión, así que abriste la boca empezando a hablar en murmuros.

—¿No sería muy aburrido sólo ir por ahí cuidándome? Quiero darnos un pequeño lujo antes de que empiece el trabajo duro, para mí... Por lo menos, aún así Obanai-san terminarás cansándote de seguirme, me encargaré de que estés cómodo a mi lado.

—Esto no era necesario, pude haberme quedado afuera —respondió de la misma forma. —¿Qué hay de Kaburamaru?

—¿Tu serpiente?... Está bien, sólo mantenla contigo, no importa.

Entraron al lugar y se sentaron. Habían un par de personas más y las geishas³ iban entrando al lugar.

Una de las geishas se acercó a los dos, ofreciéndoles una bebida la cual Iguro no pudo rechazar. Mientras tomaban empezaron a tocar el shamiseny las geishas junto a las maiko⁵ empezaron a bailar. Notaste de reojo como Obanai se relajaba, su respiración era lenta y fácil de notar, cuando te diste cuenta que lo estabas mirando mucho desviaste la mirada. Una geisha se acercó a ti ofreciéndote sake una vez terminó el espectáculo, también se lo habian ofrecido a Iguro pero este lo rechazó.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin