Capítulo 28: En Calma

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La pequeña colina, fue de nueva cuenta esa pequeña colina donde Azaad decidió encontrarse con su mejor amiga chita. "¡Por aquí, Fuli!" le gritó cuando la vio acercarse caminando.

Fuli alzó la frente, ahí estaba ese chita, de pie esperándola, sosteniendo en su hocico un pequeño ramo de flores; este era muy sencillo y poco usual de ver, con sus tallos realmente verdes y todos unidos por un moño del mismo color que seguramente alguien le ayudó a hacer, sus petalos eran de un púrpura claro y eran pequeños.

"¿Qué haces con esa tuliza, Azaad?" riendo, Fuli le preguntó.

"Evidentemente es para ti, Fuli" Azaad le dijo, o al menos eso se entendió, ya que tenía ocupada su boca con el ramo de flores. Aún así, su sonrisa sí que era perceptible, gracias al brillo de sus ojos.

"Pero yo ya estoy curada" Fuli dulcemente, utilizando como siempre ese clásico sarcasmo le dijo.

Azaad lo sabía, pero se le había ocurrido que podría ser un bonito regalo darle esas flores como obsequio.

Fuli le mostró una sonrisa única, una que no le había enseñado a nadie más. Estaba muy agradecida por el detalle, más que nada porque veía la emoción de Azaad en darle la tuliza y eso la llenaba de ternura.

"Es muy bonita, Azaad, gracias", se acercó a su rostro para tomarla, y de un momento a otro, notó que sus labios estaban pegados a los de él. Ambos se miraron a sus verdes ojos con evidente nerviosismo, no pudieron hacer ningún movimiento durante varios segundos. Azaad entonces comenzó a dirigir sus ojos al lado derecho y con ellos apuntó el ramo de la Tuliza.

Fuli entendió de inmediato y mordió el ramo. Al tenerla sujeta entre sus dientes dio dos pasos atrás mientras sus mejillas se enrojecían.

Azaad se había quedado donde estaba, así era más fácil admirar a Fuli. Él sabía que ninguna flor podría compararse con la belleza que le transmitía esa singular chita, pero para el momento en que ella la tomó, ya podía confirmar que Fuli era la criatura más bella de todas las Praderas.

"Azaad... no sé que decir", ella estaba poniéndose muy nerviosa, jamás hubiera imaginado escuchar algo tan tierno de Azaad, no sabía qué hacer por lo que soltó una carcajada para relajarse, "Y pensar que hace un año llevaba diario tuliza con Makini".

"Para Azaad esta flor es muy especial" le dijo sin despegar la mirada a la bella criatura.

Fuli jugó a mostrarse intrigada, inclinó su cabeza y arqueó la ceja con una sonrisa en su semblante, quería verse curiosa de saber la razón.

Azaad se unió al juego y se acercó a ella mientras le hablaba con una seguridad envidiable, "Gracias a esta flor Azaad logró conocer a su mejor amiga", hizo una pausa y miró la barriga de Fuli que comenzó a acariciar con su cola, "Por la flor pude conocer a la chita que me daría a mi cachorro".

Fuli observó detenidamente a Azaad, él seguía dándole caricias a su panza. Mientras lo hacía, ella podía recordar ese momento con nostalgia, tenía el mismo semblante de cuando él la llamó amiga por primera vez.

"Fuli, ahora que seremos papás, Azaad quiere pedirte algo", miró hacia arriba, encogiendo su cuerpo.

Ella se emocionó al oírlo, con mucho entusiasmo le pidió que ya lo dijera.

Azaad tragó saliva mientras que dentro de su cabeza existía un caos gigantesco, "Bueno, Azaad quiere", paró un momento para ver lo sonriente que ella estaba. Necesitaba la confianza del antiguo Azaad devuelta así que sujetó la pata de Fuli y la miró a los ojos, "Quiero saber si te gustaría ser mi chita, Fuli".

El Corazón de una ChitaWhere stories live. Discover now