Capítulo 17: Llegaste a mi Vida

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"Por lo menos Makucha no sabe quién es el verdadero padre" Kion se auto compadecía, tenía que encontrar a Azaad antes que este volviera a su territorio y así estar seguro que alguien cuidaría de Fuli y su hijo.






Azaad rondaba por las puertas del reino, lucía muy pensativo. Cuando llegara el momento debía dejar a Kion y Makucha solos para que ellos arreglaran sus problemas. "¿Por qué?, ¿por qué Azaad haría esto?", volteaba su cabeza para mirar la salida. Por qué no simplemente volvía a su territorio, él ya no sentía tener una razón para quedarse. Por qué no dejaba atrás a esos animales, no serían los primeros. "Quiero volver a ser Azaad" se decía, anhelaba más que nunca regresar a su libertad, vivir para él y solo por él. De nuevo Azaad volteó para ver el Árbol de la Vida y de pronto divisó a Kion, el león iba directo hacia él, "Es hora" Azaad pensó.

"¡Azaad!... hola" Kion lo saludó temeroso y Azaad hizo lo mismo abiertamente enojado. Kion le continuó hablaba entre dientes, "Azaad, necesito pedirte un favor".

"¡Otro más!" el chita frunció el ceño.

"Este será el último" Kion se lo prometió.

Azaad no veía otra opción más que escucharlo y le preguntó de qué se trataba.

"Necesito que me guíes a las tierras del reino de mi padre".

"¿No se suponía que Fuli lo haría?" Azaad, nuevamente frunciendo el ceño le preguntó.

"Ella se sintió mal durante el viaje, tuvimos que regresar" Kion le dijo.

"¡Abandonaste a Fuli!... ¡enferma!", Azaad estaba aún más enfurecido.

Kion bajaba su cabeza, hablaba muy inseguro, "Calma, Azaad" le dijo, "Ella quiere verte, ella... quiere pasar tiempo contigo".

Al escuchar eso la actitud y semblante de Azaad comenzó a cambiar notoriamente. Él movía la cabeza de un lado a otro, mirando el Árbol de la Vida y después las puertas para salir de ese lugar, "Es hora" de nuevo pensó y se puso en marcha para guiar a Kion.





Fuli apenas había comenzado a despertarse, sus energías estaban bastante recargadas por lo que de un gran brinco se levantó. Ella dio un pequeño bostezo mientras se estiraba; volteó su cabeza a la derecha y se talló los ojos, ahora volteaba a la izquierda. Ella entrecerró sus ojos mientras su rostro expresaba cierta confusión.

No veía a Kion, pero eso le hizo sonreír y de inmediato comenzó a correr. Su león debía de estar por alguna parte del valle así que a toda velocidad y con cierta emoción dio una vuelta completa por el perímetro del lugar.

Fue una agradable y rápida carrera matutina, ella las amaba. Al llegar de nuevo al mismo árbol donde durmieron la noche pasada Fuli mordió su labio inferior. Por correr se le había olvidado buscarlo, debía concentrarse. Cerró sus ojos y comenzó a olfatear para encontrar a Kion.

Fuli se estaba comenzando a preocupar ya que no hallaba ni un solo rastro de él. Desesperada, de nuevo volvió a correr para dirigirse a los lugares que creía no haberlos revisado bien.

Buscó en todos los árboles que daban sombra al suelo, subió a cada una de las colinas, gritaba exaltada su nombre mientras corría. Estaba en un valle, había muy pocos lugares en donde esconderse

Así estaría por una hora hasta quedarse agotada, ella se sentó mientras jadeaba por el esfuerzo y preocupación excesiva.

Pasaron unos minutos más para que Fuli pudiera normalizar su respiración. "Claro... eres una tonta" se dijo a si misma. No había otra explicación, ella sabía que Kion había decidido dejarla. Fuli estaba abatida y con mucha fuerza cerró sus ojos escuchándose con ello un chillido doloroso mientras que con sus garras arrancaba hierva del suelo.

Aún así, su tristeza no le duró mucho tiempo más, Fuli abrió sus ojos llorosos cuando comenzó a sentir unas pataditas desde su vientre. Eso la hizo sonreír y de nuevo cerró los ojos para dar un profundo respiro.

"Gracias por haber llegado a mi vida... mi pequeño" se escuchó un tono de voz muy maduro para ser de Fuli. Ella sentía como su barriga se movía, por primera vez podía darse cuenta como su cachorro estaba con ella, acompañándola, cuidándola. Al menos jamás estaría sola de nuevo, eso sería algo extraño para ella, pero sin duda lo deseaba. "Tienes razón" continuó interactuando con su bebé, "Debemos buscar a tu papá para darle la gran noticia", ella sonrió de oreja a oreja.

De nuevo Fuli se preparaba para correr, pero de repente sus orejas se pararon hasta las puntas cuando escuchó que alguien gritaba su nombre. Era Anga quien descendía del cielo en picada para llegar donde se encontraba su amiga.

"¡Todavía no lo puedo creer!" Anga dijo al aterrizar.

Fuli respondió con una tierna sonrisa, encogiéndose de hombros y recargando su cabeza en uno de ellos.

"Te dije que fueras a descansar" Anga exclamó, ambas soltaron una carcajada, "Fuli, esto es increíble... vine en cuanto me enteré del pequeño que tendrás" le dijo emocionada.

"Anga..." Fuli la llamaba dulcemente e intercambió de hombro para recargarse, "Gracias".  Ambas estaban muy felices de volverse a ver, con una maravillosa novedad. Fuli se enderezó y abrió completamente sus ojos, "¡¿No has visto a Azaad?!, es que... tengo que darle la noticia".

"De seguro está con los chicos, liderando La Guardia" Anga le dijo.

"¡De verdad!", Fuli se comenzó a reír.

"Tendrías que haberlo visto, es un reflejo tuyo", Anga le guiñó el ojo.

Fuli estaba más que impresionada de Azaad, orgullosa de que se hubiera esforzado en ser un buen remplazo suyo.

"Yo te guio, todavía no han empezado el patrullaje". Anga emprendió el vuelo y Fuli comenzó a correr.

"¿Cómo crees que vaya a reaccionar?" Fuli le preguntó entusiasmada.

"Estoy segura que le volará la cabeza de la emoción" Anga, bromeando, le sonrió. 

Las dos chicas aumentaron la velocidad para llegar en cuanto antes a la guarida.





El sol estaba en su punto más alto en el cielo.

Los dos felinos ya llevaban un rato caminando, lucían serios y no intercambiaban ni una sola palabra. Azaad notaba que Kion estaba actuando diferente.

"¿Todo está bien?" Azaad preguntó.

"Sí" el león le respondió, era extraño.

Ambos continuaron por el camino, pero Azaad comenzó a preocuparse, tal vez Kion ya sabía lo que estaba por pasar.

El Corazón de una ChitaWhere stories live. Discover now