Capítulo 15: Nuestro Curioso Amor

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La obscuridad de la noche estaba presente en el reino, las nubes grises tapaban cualquier estrella que trataba de emitir su brillante luz. Todo era negro exceptuando una colina, en esta el cielo era más brillante que en el propio día, rayos más luminosos que sol de verano caían sobre Rani.

Ella parecía estarce despidiendo de sus padres y abuela. Al pararse, el cielo volvió a su estado natural y Rani comenzó a caminar decaída, con una tristeza no propia de una reina.

"La noto muy triste, majestad".

Rani dio una pequeña sonrisa al escucharlo y se detuvo, "Ya te dije que me puedes hablar por mi nombre, Azaad".

Azaad, que estaba atrás de ella reiría un poco. Le pidió una disculpa por haberla interrumpido, pero tenía que decirle algo.

"Deja los informes de las Praderas para después, si gustas me puedes acompañar para hablar... como amigos", Rani volvía a mostrar una sonrisa aún más grande y se sentó.

"Por supuesto, Rani" Azaad se dirigió hacia ella despacio y tomó asiento justo al lado de Rani.

Ella estaba viendo el horizonte, era un gran paisaje, el mejor del reino; con las enormes montañas nevadas hasta el fondo y bajando estas el Verde Valle, con el bosque de pinos en la parte derecha y limitando este, se encontraba el río con sus ahora tranquilas corrientes que desembocaban a los diferentes riachuelos y cascadas, también más cerca estaba el pequeño desierto y la jungla, pero lo que más destacaba sin duda era el gran lago que permanecía en calma. Un poco más en medio estaba el Árbol de la Vida que con sus caminos conectaban todos estos lugares.

Rani no estaba feliz y Azaad estaba seguro de saber porque, en su mente él estaría de acuerdo en hacer el intento y ayudarla, "¿Pasa algo malo?" preguntó.

"Tal vez" ella respondió.

"Es sobre Kion verdad", Azaad la volteó a ver.

"Sí", Rani continuaba viendo el horizonte.

Azaad sonrió para que ella sonriera, "Entiendo que las relaciones entre la realeza suelen ser difíciles, ¿no es así?".

Había conseguido hacer reír a Rani ya que tenía razón, aún así otra vez ella bajó la cabeza, "No he sido una buena leona para Kion".

"¿Y él contigo?" Azaad le preguntó rápidamente sin dejar de mirarla.

"Él ha sido maravilloso, se comprometió desde nuestra boda cumplir todos los deberes de un rey aún sin haber sido preparado para esto y todo porque me ama", Rani, con su pequeña sonrisa volvió a ver a Azaad que estaba impresionado.

"Se escucha bien eso" fue lo único que a él se le ocurrió decir.

Solo se escuchaba a los insectos cantar, había una hermosa tranquilidad mientras los dos felinos permanecían en silencio, aunque Rani decidió continuar con la conversación, "Sí, se escucha bien, pero yo nunca se lo he reconocido, no qué haría sin él".

Azaad estaba en un conflicto dentro de sí, él no se perdonaría a si mismo si le decía la verdad.

Rani se limpió los ojos, "Ya no puedo esperar a que él vuelva de las Praderas para pedirle perdón por todo lo que le he hecho y todo lo que no le he agradecido".

"Demonios" Azaad dijo en su mente, pero quería ver a su reina feliz. "Estoy seguro que él te perdonará", le pesaba decir cada palabra que tuviera que ver con el león.

"Gracias, Azaad", Rani comenzó a alegrarse, aunque estaba encogida de hombros.

Azaad notó que sus intenciones estaban funcionando y le devolvió la sonrisa a Rani, "Tu abuela, la Reina Janna estaría orgullosa de la labor que ustedes dos han hecho en su reino".

"Seguro que sí", Rani volteó de nuevo a ver el paisaje. "Sabes, ha sido realmente increíble y curioso el amor para nosotros" ella le dijo a su acompañante.

"Azaad no entiende", el chita frunció el ceño, estaba confundido.

Rani se reía de los pensamientos que tenía dentro de si, "Solo míralos, Binga y Bunga, son tal para cuál".

Azaad se asomó al borde de la colina y notó como los dos tejones meleros jugaban alegremente en las copas de los árboles selváticos. "Ja, ni me lo digas" Azaad rió sarcásticamente y de nuevo volteó para ver a Rani.

Rani hizo lo mismo y le continuó explicando melancólicamente su punto, "Kion también llegó a mi vida de cierta forma inesperada y sin saber que estábamos destinados a estar juntos...".

Azaad estaba molesto, frunciendo aún más el ceño, pero agachó la cabeza para que Rani no lo notara.

Rani seguía hablando "... y tengo entendido que desde que te conozco, no habías visto a una chita".

Azaad apretó los dientes para tranquilizarse y de nuevo buscando mantener su compostura la miró, "No desde que nos conocemos" con una sutil sonrisa le dijo.

"¿Ya has tenido suerte con Fuli?" Rani le preguntó con entusiasmo.

Azaad no pudo ocultar su tristeza y se encogió de hombros.

"¡No la pierdas!, tan rápido como llegó a tu vida se puede ir" Rani le dijo.

"Lo sé... supongo que lo dices de esa forma porque somos chitas", a Azaad le había salido una pequeña sonrisa que lo relajaba.

"Me salió sin querer", Rani reía junto a Azaad despacio y al mirarse el uno al otro no pudieron evitar soltar algunas carcajadas, "Te deseo suerte para cuando ella regrese de las Praderas con Kion".

Azaad detuvo su risa al escuchar ese nombre, lo comenzaba a aborrecer, no solo él recibió daño si no también Rani. Ella, su reina; había sido engañada, traicionada, no podía ser más personal para Azaad y ya estaba convencido que debía decírselo, "Rani..." paró, Rani estaba mirándolo con mucha ternura y cariño lo que le hizo levantarse y sonreírle, "Buenas noches, Reina Rani".

"Buenas noches, Azaad", ella de igual forma se puso de pie y devolvió la sonrisa.

Ellos tomaron caminos opuestos sin decirse nada más.

El Corazón de una ChitaWhere stories live. Discover now