Luego de seis años en un internado, Kyle vuelve a South Park para enterarse de que todo a su alrededor había cambiado, incluso Eric Cartman; quien demostraba un comportamiento sospechoso para los ojos de aquel judío.
Aferrado al pasado y a las idea...
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Kyle Broflovski era un joven raro, demasiado se destacaría él. Realmente no podía controlar sus impulsos y aquel mal genio que cargaba encima; nada podía detenerlo si se trataba de Eric Cartman. Porque vamos, todo el mundo sabía que aquel gordo siempre tramaba alguna atrocidad cuando se involucraba en cierto tema y esa obviamente no era la excepción. A pesar de que ya eran más de dos personas quienes afirmaban la existencia de virtudes dentro del castaño, el judío aún no quedaba convencido de ello, le parecía algo poco o nada creíble debido a ciertos acontecimientos en el pasado.
Y es por eso que él se encontraba allí, de pie fuera de la secundaria de South Park, esperando paciente a que el timbre de salida se dignara en sonar.
Y, una vez que tocaron las 15:30 exactas, una enorme manada de adolescentes salieron por las extensas puertas principales; todos se chocaban y empujaban, gritaban, alardeaban y jugaban como si fuera el fin del mundo, o peor aún, como si fueran mocosos de primaria.
Kyle se fijó en Cartman cuando lo vio salir sin compañía, para acto seguido esconderse detrás de un árbol al ver como éste caminaba hacia su dirección. Y una vez que sintió su presencia lo suficientemente cerca como para asustarlo, rápidamente salió de su escondite.
—¡Kyle, que sorpresa! —señaló el castaño sin demostrar lo dicho, logrando que el más alto gruñera entre dientes —. ¿Sabes? Debo admitir que, mire por donde te mire, no puedo evitar pensar en el hecho de que no has cambiado nada... dejando de lado tu estirón, claro
—No me vengas con esas estupideces, Cartman. ¡Yo se que tramas algo!
—Hm... ¿Qué crees tú que tengo en mente?
—¡N-no lo sé! Algo estúpido como esas cosas del pasado —Fueron las palabras que el pelirrojo se apresuró en decir, puesto que si se lo pensaba bien... no tenía ni la menor idea de con qué fines lo hacía.
—Así que de eso se trata, ¿Eh? —Entonces, Eric le dió la espalda a su compañero para luego quedar unos instantes en silencio, dándole más intriga al asunto —. Kyle, te estás aferrando mucho al pasado
