Luego de seis años en un internado, Kyle vuelve a South Park para enterarse de que todo a su alrededor había cambiado, incluso Eric Cartman; quien demostraba un comportamiento sospechoso para los ojos de aquel judío.
Aferrado al pasado y a las idea...
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Aquella última semana era clave para Kyle... y para todos los chicos que iban a la escuela secundaria. Puesto que estaban a tan solo unos cuantos días de comenzar el verano.
Como era costumbre; el Broflovski mayor se levantó súper temprano para poder concluir con su rutina sin interrupción o inconveniente alguno.
Mientras que tomaba su desayuno a solas y dejaba que el canto de los pájaros resonara en lo profundo de su mente, no pensaba en otra cosa que no fuera su queridísima Michelle.
No supo nada más luego de lo ocurrido aquella noche del sábado; y a pesar de que estuvo el domingo entero tratando de comunicarse con ella sin parar, la joven Canadiense jamás atendió sus llamadas.
De igual manera, una pequeña vocecita en su cabeza trataba de convencerle de que todo iba a estar bien, pero la inseguridad en su cuerpo era mucho más fuerte y no lo dejaba en paz ni un segundo.
❍❛ᴀᴅᴅɪᴄᴛɪᴠᴇ❜❍
Cuando ya estaba llegando la hora de partir, Kyle se colocó los zapatos, tomó su mochila y caminó hasta la puerta para poder quitarle el seguro. Una vez allí, la abrió y salió hasta su patio solo para comprobar que esa mañana hacía demasiado frío como para salir sin un abrigo. Así que, dispuesto a ir por una chamarra, volvió entre sus pasos... pero se detuvo en cuanto escuchó a un auto aparcar frente a su casa.
—Kyle —Lo llamó una voz femenina.
Y al darse media vuelta, el joven observó a Michelle; quien estaba bien abrigada como siempre. Sus ojos brillaban, tenía las mejillas sonrosadas mientras que trataba de calmar su respiración algo agitada. Cualquiera diría que se encontraba cansada luego de una intensa carrera, pero no, la Canadiense simplemente estaba muy nerviosa ante la situación.
—Mi-Michelle...
—Kyle, necesitamos hablar contigo —Le dijo luego de aclarar su garganta —. ¿No te molesta si te robamos un poquito de tu tiempo?
Dicho eso, Kyle quedó en silencio unos segundos. Observo hacia el auto de su pareja, en donde se encontraba la tutora de la joven al volante; quien no le quitaba los ojos de encima con aquella intimidante pero a la vez neutra expresión.
