Era la bebe más linda que había visto hasta el momento, tan pacifica y tierna... me dolía el alma pensando que su mamá había abandonado el mundo... tenía ojos pardo iguales a los de Alana, un cabello de ángel muy delgado rubio y sus pequeñas manitas... me mataba al verla.

Apenas llegamos la bajé yo esta vez y Matt las maletas...

Subí delicadamente las escaleras mientras Matt me paró por el hombro antes de meterme a mi habitación.

—Bi... ¿no crees que deberías venirte a mi cuarto?—hablo medio afligido—por la nena... también es mi responsabilidad.

Se me iluminaba el corazón al saber como pensaba el y que también quería participar como lo prometió, por lo que asentí en cuanto el fue sacando la cuna de Agus, la de Brooke y sus cosas para subirlas.

Al subir a su enorme habitación recosté a la nena en su cuna ya lista y baje a buscar las cosas escenciales que yo necesitaba.

Subí y por el agotamiento al tocar la cama de Re caí profundamente dormida... mala idea ya que tenía que ir a recoger a Agus.

***

#MATTHEW

—Bianca—moví a a Bibi tratando de despertarla ya que su celular sonaba con el nombre de su abuela.

Al ver que no despertaba salí de la habitación con su celular para contestar.

—Hola Bianquita—sonó una voz de una mujer mayor a través de la línea.

—Bianca no está disponible ahora—conteste tratando de ser amable.

—¿Quien es?—pregunto más preocupada.

—Un amigo de Bi... me llamo Matt.

—Hola Matty... es que llamaba a mi Bianquita porque tenía que venir a buscar a Agusta...—dijo enseguida agarrando confianza.

—Yo la puedo ir a recoger—acepte para no molestar a Bibi—mándeme la dirección y enseguida voy.

***

Al llegar toque la puerta de una casa pequeña viendo que la abrió la abuela de Bi, me sonrió tiernamente y me hizo pasar cuando vi a Agus que se tiraba en mis brazos abrazándome.

—Hola pequeña—le salude a Agus que seguía colgada a mi.

—Un gusto Matt...—dijo la abuela—si se puede saber, ¿donde está mi hermosa nieta?

—Pues... paso una dura noche y estaba durmiendo cuando llamo.—conte la verdad tomando la mochilita de Agus—para no molestarla vine yo.

—Eres alguien especial, chico—me sonrió dejándome medio confundido—Bianca confía en muy poca gente...mándale mis saludos cuando vuelvas.

A lo que asentí y partí a casa con Agus en su sillita... pero se nos ocurrió llevarle una pequeña sorpresa...

****

Apenas llegamos vi como el silencio inundaba la casa, estaban todos en vela y el día después sería el funeral...

Subí y al entrar a mi habitación vi como Bianca se veía paliducha y débil sentada en una silla tomando algo...

Aunque estaba muy mal, yo la seguía viendo hermosa... estaba con su pelo mañanero amarrado con una pinza, unos leggings negros y un suéter de lana blanca.

 estaba con su pelo mañanero amarrado con una pinza, unos leggings negros y un suéter de lana blanca

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Por favor cae a mis pies ... © (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora