[2ª temporada ya disponible]
Lana Haros es una estudiante extranjera de intercambio en Corea del Sur que pronto conocerá a un grupo de chicos bastante especiales.
Si viajar a la otra parte del mundo no era suficiente, una sonrisa cambiará aún más su...
Tenía alas y estaba volando por un precioso campo cuando un monstruoso sonido dejó mi maravilloso sueño por la mitad.
Han se removió. Levanté la cabeza, que estaba apoyada en su pecho y le miré con una sonrisa. Se había dormido con la boca abierta. Le iba a doler la garganta al despertar.
Changbin gruñó y lanzó una almohada en dirección al irritante sonido. — Hyung, tu alarma - Refunfuñó.
— Ya voy - Dijo Chan tras bostezar. Se soltó del abrazo de Jeongin y con los ojos aún cerrados llegó hasta el mueble donde reposaba su teléfono. Desconectó la alarma y se sentó en el sofá porque sabía que si se volvía a tumbar, no iba a poder levantarse otra vez.
Han estiró los brazos para desperezarse. Sin querer le dio un golpe a Hyunjin en la cabeza. Se disculpó y después se frotó los ojos.
— Buenos días, flor silvestre - Le susurré.
— No quiero dormir más solo - Admitió con los ojos aún cerrados.
Reí confundida ante la repentina revelación. — No dormirás solo, vives con los chicos Hannie. ¿Todo bien? ¿Cuántos dedos tengo? - Reí mientras levantaba tres dedos.
— No me refiero a eso, jagi. Quiero dormir cada noche abrazándote. Siempre duermo mejor así.
Coloqué mis manos en su pelo. — Yo también quiero eso.
— Gracias - Susurró con un tono adormilado, causando que yo soltase una risita.
— Voy a por un vaso de agua.
— ¿Pero volverás? - Preguntó atrapándome con sus brazos.
— Sí. Suéltame y enseguida habré vuelto. Ni notarás mi ausencia.
Asintió como si fuera un niño pequeño y me dejó levantarme. Cuando se despertaba estaba mas cariñoso que de costumbre, era muy adorable y gracioso al mismo tiempo. Sin pisar a nadie, logré salir del islote de colchones. Cogí un vaso del armario y abrí la nevera para sacar la botella de agua. Sonreí al ver los botes de helado que compraron esta madrugada. Una vez rellené el vaso, caminé hasta Chan y moví la mano rápidamente delante de sus ojos.
— Hey, Chan - Susurré.
— Estoy despierto, estoy despierto... - Murmuró.
— ¿Qué hora es, hyung? - Preguntó Jeongin.
— Nueve y cinco.
Los chicos despotricaron al unísono. Estaban sincronizados hasta al despertarse. Volví al mi colchón, me senté y apoyé la espalda en la pared. Han se incorporó y le ofrecí el vaso. Lo cogió y se bebió todo el contenido que quedaba.
— Perdón - Dijo mientras secaba sus labios con su mano. - Iré a rellenarlo.
— No, no pasa nada. Lo traje para ti.
Apoyó la cabeza en mi regazo. — Y Elsa cree que puede contigo. ¡Ja!
Solté una carcajada. Poco a poco los chicos se iban despertando. A Woojin le costó más, decía que las sábanas le habían proclamado su líder y que si se levantaba iba a decepcionar a su pueblo.
Mientras tanto, Félix y Seungmin fueron a la cocina a hacer tortitas.
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