92. Fiesta de despedida

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Jueves 16 de agosto

Lana

Y así de repente, en la casa en la que había pasado un año de mi vida, desperté para disfrutar de mi último día.

Abrí los ojos y estaba en mi habitación. Había dormido aquí por primera vez desde que Han me dejó. Quería hacerlo, iba a ser la última vez ya que los chicos y yo íbamos a tener una fiesta de pijamas tras la fiesta de despedida.

Al girar la cabeza, vi que el reloj marcaba las ocho de la mañana. Mañana a estas horas ya estaría en un avión.

Había dormido poco teniendo en cuenta a la hora a la que me acosté. Estas semanas estuve comiendo menos de lo habitual, también. Estaba más delgada y débil, lo notaba.

Puse ambos pies en el parqué y me quedé con la mirada fija en el escritorio. Ya no estaban mis pinceles o mis libros, todo estaba empaquetado. Me levanté al cabo de unos segundos y caminé hasta el armario para sacar una de las bolsas y así dejarla en la cama para seguir recogiendo.

— Hey - Saludó de repente una voz desde la puerta. Era Chan con su pijama y su pelo ondulado de por las mañanas.

— Oh, hermano, buenos días.

— Te escuché y supuse que estabas despierta.

— Supusiste bien - Admití mientras me sentaba sobre el colchón. - Hoy no has ido a entrenar, podrías haberte quedado durmiendo un rato más.

— No hemos ido a entrenar para estar contigo, no para dormir.

Sonreí. — De igual manera tú nunca duermes, así que no sé por qué he dicho nada.

— También es verdad - Respondió para después sentarse a mi lado. Reí ligeramente.

Doblé mis rodillas y las atraje hacia mí para abrazarlas. No podía evitar desviar mi mirada a la habitación. Sabía que era muy posible que no la viese nunca más, los padres de Chan tenían pensado volver a mudarse a Australia en caso de que el grupo debutase.

— ¿Estás nerviosa?

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— ¿Estás nerviosa?

— Si te soy sincera, sí. Mucho.

— Yo también lo estoy - Pasó su brazo por mi hombro y me apegó a él. - ¿Necesitas ayuda recogiendo algo?

— No, gracias. Tengo casi todo ya listo. ¡Pero me tendrás que ayudar a cerrar la maleta!

Unos pequeños pasos rápidos se escucharon por las escaleras. Berry venía corriendo hasta la habitación, y cuando llegó, pegó un brinco hasta la cama y procedió a lamer mi mano.

Good To Love | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora