16. As

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Feliz viernes!

No se suponía que esta novela se convirtiera en algo serio, pero como suele suceder con todo lo que comienzo como una tontería, luego se me va de las manos... Friendly reminder que estoy subiendo contenidos exclusivos en SofiDalesioBooks en instagram (como adelantos de futuros caos, y planeo hacer un vivo hoy si el tiempo me lo permite).

A todo esto, soy un desastre como escritora en todo lo que es auto-promoción y demás... Qué creen que debería poner en los grupos de Facebook para promocionarme y atraer más lectores? Estoy como siempre intentando tomarme un poco más en serio esto, fuera del asunto de escribir y subir online.

Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final del cap!

Y la pregunta de hoy es: Cómo creen que es realmente Hermes? Cuánto apariencias y cuánto verdad?

Xoxo

Sofi

***

El problema de lidiar con otros criminales era que nunca se podía ser lo suficientemente desconfiado hacia el resto. Todos resultaban una posible amenaza. As lo sabía mejor que nadie a diferencia de los demás. Cleo y Hermes nunca se habían movido fuera de sus círculos como para manchar sus manos, Houdini resultaba apenas un crío que poco podía haber experimentado en realidad y Siri... Siri era solo una chica con un ordenador y no trataba con nadie más que él.

—¡Lo logré! —gritó ella.

Estaba sentada en el gran sillón de la sala, el ordenador sobre sus rodillas. As la observó en silencio mientras levantaba sus puños en victoria y le hacía muecas a la pantalla. Tal vez fuera solo un capricho, pero se sentía más seguro teniéndola a la vista. Estaba dispuesto a apostar que las habilidades cibernéticas de esa chica no conocían límites, pero también sabía que era demasiado distraída y que nunca notaría si alguien le estuviera apuntando directo al pecho hasta que hubieran disparado.

Además, le gustaba tener el control de la situación. Siri no haría tonterías ni se iría de boca por estar sin supervisión. Houdini se encontraba trabajando con sus planos, porque era evidente que al crío le faltaba disciplina y necesitaba horarios. Entendía que él estuviera acostumbrado a trabajar a solas, pero As no confiaba en nadie como para no querer estar al tanto de todo.

El crío llevaba toda la tarde en la sala, revisando planos y dibujando en su tableta, haciendo cálculos y anotaciones que solo él parecía comprender. Pretendiendo que no escuchaba todo lo que sucedía a su alrededor. Tal vez así hubiera logrado hacer un renombre tan pronto, escudándose en su edad y pretendiendo ser un tonto.

—Iré por nuestro blanco —As suspiró.

Siri estaba demasiado ocupada haciendo su pequeño baile de la victoria como para oírle. Abandonó la sala, preguntándose no por primera vez cómo era posible que el camino de ambos se hubiera cruzado en algún momento.

Azar. Sencillamente eso. Toda una secuencia de decisiones improbables que lo habían llevado a conocerla. Nada de lo que se arrepintiera, aunque lidiar con Siri requería el doble de esfuerzo que con un criminal normal. Demasiado confiada, demasiado distraída, sin siquiera poder imaginar el tipo de mal que podía llegar a cruzarse en ese mundo.

Quizás por eso había decidido ponerla en el mismo piso que él y Houdini. Capaz o no, el niño parecía no tener el corazón para hacerle daño a alguien que no resultara una amenaza, y Siri ciertamente no lo era. ¿Pero el resto?

Se detuvo al llegar al último piso y detenerse frente a la puerta debida. Cleopatra Las podía jugar a ser una simple ladrona, pero ambos sabían que no era el caso. As tal vez no se moviera en los altos círculos del Reino Unido como ella, pero nadie lo haría con tanta facilidad como Cleo de no ser porque ella en el fondo era tan hábil como cualquier otro gran jefe.

Cinco de OrosWhere stories live. Discover now